Interceptan a una vitoriana y a su marido con «dos kilos de cocaína» en Bogotá

Mientras aguardaban su vuelo a Madrid, se supone que tras disfrutar de unas vacaciones en el país latinoamericano, algo llamó la atención de los policías del aeropuerto internacional El Dorado. El comunicado emitido por este cuerpo habla de «movimientos extraños en la pareja». Fueron derivados a una sala donde les introdujeron en una máquina de rayos X. La imagen reveló un paquete en su entrepierna y dos más -a modo de plantillas- en sus zapatillas. A su marido le detectaron un cargamento similar.

Según la versión policial, encontraron «adherido al cuerpo de esta ciudadana española clorhidrato de cocaína». Su pareja también ocultaba «LSD y éxtasis». El consulado español en Bogotá ya ha asistido a esta mujer. «Está informada de los pasos a seguir», confirmaron ayer a EL CORREO desde esta institución. El hombre, en principio, tendría más complicado ese respaldo por su origen colombiano.

Lo cierto es que a esta alavesa se le presenta un futuro inmediato de lo más sombrío. Se enfrentará, en principio, a los cargos de «tráfico, fabricación y porte de estupefacientes». Según el Código Penal colombiano, la pena de prisión podría irse hasta los doce años. «Todo dependerá del criterio del juez. Le beneficia que iba con poca cantidad y le perjudica que los dos llevaban droga. Podrían incluso imputarles por pertenencia a banda organizada», apostilla Javier Casado, máximo responsable de la Fundación +34, especializada en ayudar a españoles en apuros por el mundo.

Sus voluntarios ya se han puesto a trabajar para ayudar a esta mujer, cuyo arresto fue distribuido en un vídeo oficial por las autoridades colombianas. «Ahora vienen las noches más duras, porque está en unos calabozos comunes. Cuando la trasladen al Buen Pastor le ayudarán cinco internas españolas a las que hemos dado instrucciones. Entre ellas se guardan las cosas y viven un poco alejadas de las presas locales, donde la violencia es habitual».

Con una larga experiencia, Casado advierte del largo camino que le queda a esta vitoriana. «Será juzgada en unos meses. Nuestro consejo es que no recurra y que pida la repatriación». De lograrlo, cumpliría el resto de su condena en Soto del Rey, cerca de Madrid. «En el mejor de los casos se quedaría un año y ocho meses en Colombia, donde las cárceles son lo que son», dice Casado. Hay «dudas» de que el marido pueda disfrutar de esa vía.

Y al olor de su pasaporte, advierte, surgirán estafadores sin escrúpulos. «Su expediente se filtrará por unos 20 dólares. Supuestos abogados llamarán a su familia con la promesa de que obtendrán su libertad... a cambio de unos 4.500 dólares. No acepten. Es un timo habitual».