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Aumenta la presión sobre Serunion, la empresa de catering que desde septiembre sirve la comida en once colegios públicos de la zona rural alavesa tras un cambio en la contrata. Después de los episodios de larvas en la pasta, carne con tomate con sabor ácido ... y, el más reciente, la retirada el pasado viernes de un plato de alubias «por precaución» en la ikastola Ikasbidea de Durana, dos inspectores del Departamento de Educación se personaron ayer en el centro para comprobar 'in situ' la calidad de la comida que se iba a ofrecer. Así será a partir de ahora «para garantizar la calidad del servicio» mientras avanza el proceso para rescindir el contrato con la compañía. El consejero Jokin Bildarratz ordenó el viernes a su equipo tras conocer el incidente con las alubias (en colegios de La Rioja aparecieron pequeños insectos en ese plato) que se busque el modo jurídico para romper el contrato actual.
Sin embargo, fuentes del área liderada por Bildarratz puntualizaron a este periódico que la rescisión «tiene que analizarse jurídicamente» y que este proceso «lleva su curso», por lo que la resolución no llegará de forma inminente. Las familias de Durana son conscientes de ello, y por eso piden «una suspensión del servicio» hasta que se formalice la ruptura del contrato. Se ofrecen a trabajar de la mano de Educación para buscar una solución transitoria y consideran que lo ideal sería contratar a otra firma con cocina central en Álava para que preste este servicio. Serunion, empresa líder en el sector en España, fue fundada en Madrid en 1990 como resultado de la fusión de cinco firmas de restauración colectiva y está integrada en el grupo multinacional de origen francés Elior. La cocina central más cercana a la zona rural alavesa se encuentra en Logroño.
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Entre los progenitores han surgido ideas como que los menores lleven su propio almuerzo u organizar autobuses a mediodía para que puedan regresar a sus hogares a mediodía. Sin embargo, estas opciones han sido descartadas ya que para muchas familias no son viables.
Y mientras que en La Rioja ya se anunció una sanción de 13.000 euros a la firma por servir un plato de pasta con larvas en varias escuelas, en Euskadi todavía no se conoce de cuánto será la multa por esa misma infracción, que se consideró «grave».
Más a largo plazo, las familias de Durana solicitan a Educación que se implante una cocina propia en la escuela, algo con lo que creen que se mejoraría en gran medida la calidad del servicio. Esta es una reclamación que en los últimos cursos ha ganado peso entre los colegios públicos vascos. «Con cocina 'in situ', los menús se comienzan a cocinar por la mañana y son servidos poco tiempo después, manteniendo así todo el sabor y valor nutricional de los alimentos», defienden desde Ehige, la federación de Ampas de la escuela pública vasca. Además, con este modelo se facilita la elaboración de los menús «con alimentos frescos, de temporada, locales, sostenibles y de calidad» y la cocina se puede convertir en un «espacio educativo» útil como herramienta pedagógica.
Alumnos de la ikastola Langile de Hernani comieron ayer de bocadillo para denunciar la «baja calidad y salubridad» de los menús que les sirve la empresa Serunion. «Mejor bocadillos que la comida del jantoki», trasladaron los progenitores, que habían pedido a la compañía que no llevase el almuerzo. La firma ignoró la petición y llevó los platos, aunque los alumnos ni los probaron. «Nuestra intención es que esta semana no coman la comida de Serunion», trasladaron desde el Ampa. Los padres y madres instaron al Gobierno Vasco a que garantice una alimentación «sana, decente y con productos de cercanía», y no «traída desde más de 100 kilómetros de distancia». «¿Qué precio se pone a la salud de nuestros hijos?», se preguntaron.
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