El inicio del curso en la Álava rural: «Hoy nos vemos, mañana ya veremos»

La comunicación les ha llegado por parte de Maialen, la cuidadora que acompaña a una veintena de estudiantes de Primaria en el recorrido de unos 40 minutos que transcurre por los pueblos de Navarrete, Bernedo, Angostina y Marañón y les acerca hasta la escuela pública de Mendialdea. «Tenemos un grupo de whatsApp y nos entendemos bien. El ambiente es como muy familiar», valora Irati Rufrancos, la madre de Ega y Aiala. «Aunque nos han avisado con el tiempo un poco justo», le replica otro padre.

– ¿Contabais con plan B?

– ¿Plan B? Llevarlo en coche, qué vamos a hacer (se resigna).

El autocar de la compañía Arriaga –una de esas que sí circularon ayer– se acerca puntual hasta la parada a las 10.10 horas. «¿No queréis venir o qué?», les grita desde la otra acera la monitora al observar que los críos no corren ni se exaltan por volver a la rutina, a pesar de que el horario del jueves, jornada de presentación, fue especial, por no decir tardío. Pronto se calman. «Agur mami», «adiós aita», empiezan a gritar sonrientes desde el otro lado del cristal como si no fuese la cosa con ellos. «¿Nos vemos aquí a la una y media?», confirma Maialen. «Hoy sí, mañana ya veremos», resuelven intranquilos los progenitores.

El conductor se da por aludido y aporta su versión: «Nosotros somos unos mandados. Si nos dicen tira, pues tiramos. Pero es que llevamos cinco años así», justifica, antes de añadir que esa misma mañana ya ha realizado otro itinerario en Nanclares. Una vez parte el autobús, los padres prefieren sacar pecho del pueblo y resaltar otro dato. «Hubo una época en la que sólo había una persona en esta parada. Menos mal que somos el municipio vasco más envejecido», se jactan.

Lo de Lagrán, que el transporte escolar se presentara a la hora acordada, no puede decirse que haya sido una excepción para los alumnos de la ikastola de Campezo. Tres cuartas partes de todos esos estudiantes que tienen que emprender la marcha cada mañana han tenido 'suerte' con las compañías asignadas por el Gobierno vasco. Pero hubo un 25% procedente de Bajauri, Obekuri, Urturi, Bujanda, Aguilar de Codes, Cabredo y Genevilla que, o bien, se han quedado sin acudir el primer día de escuela, o han tenido que recurrir a sus familiares para que los acercaran. La dirección del centro también les ha comunicado la cancelación del servicio esa misma mañana.

«Era un problema claro que estaba ahí. Que tendrán sus motivos, en eso no me meto. Pero nosotros llevamos toda la semana llamándoles a ver si conseguíamos arreglar la situación», explica Maider Garrido, miembro del equipo directivo de Mendialdea. «Ayer mismo (por el miércoles) delegación de Educación nos aseguró que esas eran las empresas que iban a cubrir el transporte. Sin embargo, yo les llamé y hubo una que nos repitió que no tenían contrato y que no iban a hacer la ruta», rememora.

A 74 kilómetros, en el colegio Unamunzaga de Rivabellosa (donde el 90% de alumnos son desplazados) la situación ha resultado similar. De las cuatro compañías que tenían que cumplir con el trayecto, sólo ha habido una que se plantó, lo que se traduce en una veintena de escolares. En ese caso, los recorridos han sido asumidos por los padres.