Ingenios escolares para hacer la vida más fácil

Este es el primer curso en el concurso para Olga Bengoetxea, profesora de 'Empresa e iniciativa emprendedora' en el Instituto Mendizabala. Hasta 30 alumnos han planteado ideas innovadoras sobre papel en clase, pero el trabajo de un grupo de ellos ha logrado destacar y ya ha sido premiado incluso en la feria Álava Emprende. Ander Alonso, Imanol Merino, Ana Isabel Pérez, Aliaksandr Sas y Antonina Tishyna han creado los canalones Vol y Nesa, un invento que cambiará la vida de muchos propietarios de viviendas unifamiliares al permitir llevar a cabo el mantenimiento de las casas de forma barata, segura y con energía solar.

«Han luchado mucho para crear un prototipo de canalón automático que gira con un mando y se limpia solo», explica Bengoetxea. El proyecto se les ocurrió durante un 'brainstorming' que duró semanas. Una ayuda del Gobierno vasco les ha permitido mecanizar las piezas y su ilusión es llegar a la final de STARTInnova. Las horas extra dedicadas junto a sus profesores de Electricidad y Electrónica han merecido la pena para estos alumnos de 'Programación de la producción'.

Corazonistas logró quedar finalista el año pasado con unos nanodrones que podían ayudar a combatir a las avispas asiáticas y proteger a las abejas. «Este año los exámenes lo han puesto más difícil, pero he añadido un 10% de la nota a quienes más han trabajado en sus proyectos», explica José Luis San Juan, profesor de Business, Economía en inglés. La mayoría de ideas que han trabajado en clase este año eran aplicaciones móviles –algunas incluso para ligar entre ellos–, aunque otras tenían como objetivo ayudar a los demás. Por ejemplo, se acordaron de los transistores que utilizaban los radioaficionados hace algunos lustros para idear una radio que permitiera comunicarse con los coches cerrados en caso de accidente.

«La aplicación de STARTInnova permite controlar el tiempo que cada alumno dedica a las lecciones», valora San Juan, quien reconoce que la juventud de sus 19 alumnos de segundo de Bachillerato puede jugar en su contra en este concurso. «Nunca han hecho estas cosas y, al menos este año, no llegaremos a la final», avanza con el deseo de que, al menos, la experiencia sirva para despertar sus inquietudes emprendedoras.

El IES Aniturri, en Salvatierra, es el único centro del territorio que concursa fuera de la capital alavesa. Asier Aguirre, profesor de Historia, orienta a sus 14 alumnos de Bachillerato de Letras durante las sesiones de Economía. «Hemos metido muchas horas para sacar los proyectos adelante, pero otro año a lo mejor les dejo formar sus propios grupos para que se organicen a su manera», señala el irakasle.

Entre sus ideas se encuentran una mochila preparada para llevar paraguas cómodamente y un carro de la compra que indica cuánto dinero gastará el consumidor por adelantado. El grupo de Víctor Jiménez de Vicuña ha pensado en una nevera que recuerda qué productos faltan y el de Eider Adame, amante de la Economía, en unas zapatillas que incorporan un sistema para calentar los pies.

Las ikastolas Armentia y Olabide también han participado en el certamen. Este año los 32 alumnos de Economía de la segunda han contado con la ayuda de los profesores Ander Ugarte y José Antonio Zubeldia. «Como jóvenes identificados con el deporte y el medio ambiente, hemos unido ambas ideas en un gimnasio que reutiliza la energía de las máquinas», explica la estudiante June Nieto. El equipo de Ibai Llano ideó un chip que se coloca en el capó de los coches para que los intermitentes se activen solos al salir de una glorieta y aumentar la seguridad en la carretera.

A su vez, Nerea Corralejo y sus compañeros han dado forma a una app móvil que indica si hay plazas libres para aparcar o no. «Cuesta 5 euros al mes y necesita de la colaboración de los usuarios, que deben indicar si han ocupado una plaza o la han dejado libre», puntualiza la joven. Por último, Maider Legarda y los demás han pensado en una comunidad de viviendas para personas mayores que les permita disfrutar de la tercera edad sin vivir en soledad o en una residencia tradicional.