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Entre los informes levantados por el Gobierno vasco en empresas privadas destaca el que hizo en Reydesa, la firma que sufrió un incendio en Legutio. Aquel fuego, además de la presencia de los bomberos, hizo que técnicos ambientales se desplazasen a la fábrica ese ... mismo día.
El documento de aquella investigación constata «desviaciones» relacionadas con la gestión de residuos. La firma del Grupo Otua, al igual que el Ayuntamiento, tampoco presentó alegaciones. En cualquier caso, el portavoz del conglomerado empresarial, Juanjo Álvarez, matizó ayer en declaraciones a este periódico que «no se ha abierto ningún expediente sancionador a Reydesa con motivo del incendio».
«El acta de inspección recoge todas las actuaciones llevadas a cabo por la empresa, que acreditan que ésta actuó conforme a las autorizaciones ambientales integradas, la ley y los criterios de prudencia», afirmó Álvarez. El Ejecutivo autonómico, según el portavoz de Otua, hizo un requerimiento de información adicional a Reydesa y ésta lo atendió «en forma y plazo».
Otra de las compañías en las que Lakua ha detectado infracciones es en Resal, también del Grupo Otua. Una de las dos inspecciones con faltas de calado también se tradujo en una multa. Según Álvarez estos 'peros' medioambientales responden a dos «incumplimientos puntuales»: uno vinculado a «puntuales emisiones atmosféricas» y otro «por el empleo de ventiladores para el amoniaco». La empresa asumió la responsabilidad de esos fallos, que «se han subsanado, no se han vuelto a producir y fueron calificados como leves en cuanto a la sanción».
Junto a las dos señaladas del Grupo Otua, Medio Ambiente también ha detectado fallos en otras cuatro empresas. La planta de biocombustibles Gunvor –la antigua Bionor–, la planta de Arenacasting en Legutio, Recubrimientos Gasteiz y la fundición Gamarra de Vitoria.
El incendio de Reydesa, no obstante, no ha sido el último incidente que ha sufrido la industria alavesa. El pasado 31 de julio un escape tóxico disparó las alarmas en el polígono industrial de Araia. Un bidón almacenado en la empresa de residuos Urbaser entró en combustión por el calor y, aunque no provocó llamas, generó una «nube tóxica». Varias dotaciones de los bomberos forales tuvieron que desplazarse hasta la planta de madrugada para atajar la situación, que provocó el desalojo de los vecinos del concejo de Amézaga.
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