«Incertidumbre» en las bodegas ante el descenso en las ventas de vino

«Lo que ha ocurrido es una tormenta perfecta: las ventas no han subido lo que se esperaba tras la pandemia, la guerra de Ucrania está haciendo mucho daño a las exportaciones y, a la vez, los costes de producción han aumentado muchísimo», explica Begoña Jimenez Díaz, coordinadora de la Asociación de Bodegas por al Calidad, que agrupa casas de relumbrón como Valdemar (Oion) o Torre de Oña, en Páganos. Tras el «desastre absoluto» que supuso para las bodegas el cierre de la hostelería, se preveía un repunte sin precedentes del consumo que, a tenor de los datos que maneja el sector, no se produjo.

Tanto Rioja como Ribera, las dos grandes denominaciones españolas, han acusado una caída «sin precedentes» en sus ventas y solo el consumo de Rueda y, sobre todo, Rías Baixas, se ha recuperado. «Hubo un error de previsión, el 95% de las bodegas pensó que este año se recuperaría el consumo, porque 2021 invitaba al optimismo y enero de 2022 fue bueno, pero, la Guerra de Ucrania lo trastocó todo», apunta un conocido bodeguero.

«En Rioja Alavesa lo que hay es un runrún, mucha incertidumbre por lo que pueda pasar», reconoce José Antonio Ugarte, de la UAGA, que todavía «lejana» la posibilidad de que se llegue a destruir vino en las bodegas alavesas, como han alertado grandes grupos con sede en Logroño. «Pero lo que pueda ocurrir los próximos meses es impredecible».