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Los mayores de Zambrana se reúne semanalmente y ahora, mantienen las relaciones y las actividades a través de intenet. EL CORREO
La importancia de ser mayor en Zambrana

La importancia de ser mayor en Zambrana

El programa de envejecimiento activo ha reducido el consumo de ansiolíticos y el riesgo de caídas y se ha 'exportado' ya a otras localidades

Domingo, 10 de mayo 2020, 00:24

Para Amancio, a sus 83 años, aquello fue magia. Casi ciego, después de mucho tiempo desplazándose con un taca-taca, pudo desprenderse de él y recuperar su viejo bastón para caminar pequeños tramos. Eso ha significado recuperar parte de su libertad. No tropezar con los muebles cuando, obligado por su ceguera, tenía que desplazarse empujando un artilugio ocupaba casi un metro cuadrado y que entorpecía sus movimientos. Todo un avance también para su hermana, que vive con él.

Para Casilda, el programa de envejecimiento activo ha significado salir del confinamiento de su casa, al que le había obligado el coronavirus después del cierre del centro de día. A sus casi 92 años, ha aprendido a conectarse a Skype como 'Abuela moderna' «porque mi nieta me ha comprado una 'tablet'» que le sirve para mantenerse en contacto con su familia.

Para Aitor Abecia, el alcalde Zambrana, el programa de envejecimiento activo que empezó en su localidad a mediados de 2018, es todo un orgullo, que ya se ha 'exportado' a otras localidades como Berantevilla o Larrabetzu, en Bizkaia. «Somos un pueblo pequeño, pero hemos logrado reducir sensiblemente -en algunos casos, hasta la mitad-, el consumo de ansiolíticos y el riesgo de caída entre las personas mayores».

Amancio, que es ciego y tiene 83 años ha dejado el taca-taca y Casilda, de 91, se conecta por Skype con su familia

mejoras

¿Cómo lo han hecho?. Se trata de un programa sencillo, de apenas 14.000 euros anuales, que financia íntegramente el Ayuntamiento y que tiene encantados a una veintena de usuarios que participan en él. «Empezamos haciendo una valoración voluntaria los mayores de sesenta y cinco años que quisieron participar». El estudio incluía un análisis de sus capacidades físicas y cognitivas. Estos datos, se 'cruzaron' con los de tipo médico gracias a un equipo de trabajo en el que participan la doctora y la enfermera junto a técnicas municipales. A partir de ahí, se desarrolló un programa individualizado para cada persona y se hace un seguimiento anual de su evolución.

La ventaja es que «en los pueblos, somos solidarios. Sabemos ir a alguien le pasa algo porque un día no levanta la persiana de su casa». A eso se une el enorme arraigo de las personas mayores a su vivienda, donde han desarrollado toda su vida. «Para ellos, ir a un centro de día es como un desahucio», asegura Abecia. Gracias ser a este programa, «hemos logrado retrasar mucho la entrada de las personas mayores de Zambrana en los centros asistenciales y pueden seguir viviendo en sus casas, manteniendo una calidad de vida digna».

Talleres

Los encuentros presenciales se desarrollan semanalmente. A los mayores que viven en otras localidades se les traslada en taxi y se les devuelve luego a su casa. Con la declaración del estado de alarma, «la médica nos dijo que el confinamiento estaba siendo aplastante para este colectivo y que estaba notando un deterioro físico y cognitivo». Así que decidieron tomar medidas.

Los talleres de actividad física se siguen realizando a través de ejercicios sencillos, adaptados a cada persona y a cada edad -tienen entre 72 y 96 años-, con la misma licenciada en Educación Física que les propone moverse cuando acuden a los talleres presenciales. «Hay mujeres que hacen yoga sentadas en una silla o ejercicios adaptados si les duele la rodilla». Lo mismo ocurre a los talleres de estimulación cognitiva. Completan las fichas que antes hacían en la reuniones semanales en su casa y luego son analizadas por la neuropsicóloga para comprobar la evolución de cada participante.

El Ayuntamiento ha repartido 'tablets' y ha enseñado a los mayores a manejarlas para que sigan participando en los programas y sean miembros activos de la comunidad.

Las aportaciones de la gente mayor enriquecen el pueblo

Además de los talleres que les ayudan a mantenerse activas, las personas mayores de Zambrana, se reúnen para hacer actividades que ellos mismos deciden. Desde una fiesta de disfraces a una visita a las localidades cercanas. «A veces les llevamos en el todo terreno al pueblo de al lado, donde hacía años que no habían estado, o al castillo de Portilla». Un grupo está recibiendo formación como guías locales para mostrar en sus propios pueblos la riqueza patrimonial que conservan.

También participan en talleres intergeneracionales «para ensañar a hacer ganchillo a los jóvenes y colocar su trabajo en los árboles como reivindicación» o aprender a cocinar postres de otros países

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