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Las conocidas reliquias de la Legión Tebana, que han reposado durante siglos en la iglesia de Mártioda, dan el salto a la pequeña pantalla. Se trata de 17 cráneos y otros restos óseos bellamente decorados que la tradición oral identifica con las reliquias de San ... Mauricio y los 6.600 hombres de la Legión Tebana y los de Santa Úrsula y las 11.000 vírgenes. Casi nada. La presencia en Álava de todos estos restos, los de la legión romana procedente de Egipto masacrada en la actual Suiza en el siglo III y los de la mártir de Colonia y su séquito, ha despertado todo tipo de leyendas. Unos y otros han sido venerados durante siglos hasta que quedaron relegados en unas polvorientas vitrinas en la iglesia de Mártioda.
Su restauración a cargo de la Diputación y una exposición en el Museo de Bellas Artes los han devuelto a la actualidad. Tanto que el periodista vitoriano Iker Jiménez abordará el tema esta noche, en su programa en Cuatro. El responsable de la difusión que van a tener es el investigador Enrique Echazarra, colaborador habitual del programa Cuarto Milenio. Este escritor alavés le envió información a Iker Jiménez acerca de la historia, el proceso de restauración y la exposición, y la respuesta fue casi inmediata. A finales de junio, un equipo del programa se trasladó a varias localizaciones de Álava para indagar, documentar, recabar la opinión de los expertos y grabar un reportaje acerca de estas reliquias. Una vez elaborado, Cuarto Milenio lo ha programado para esta noche. A partir de las 21.30 horas, el canal Cuatro de televisión emitirá el reportaje en el que se hará un repaso por la leyenda de estos venerados restos, para después ceñirse al rigor de los especialistas de la historia y la ciencia.
El reportaje contará con las aportaciones del propio Enrique Echazarra, que abordará en la iglesia de Mártioda la parte más legendaria. «Yo había oído hablar de la Legión Tebana, pero no sabía si era cierto o una leyenda», confiesa. «Un día me encontré con el alcalde de Mártioda y me dijo si quería verlos. La sensación de ver todo allí me impresionó». Tras la intervención de Echazarra, el documental dará paso a los historiadores del arte Gorka López de Munain e Isabel Mellén, de Álava Medieval, que desde el Museo de Bellas Artes aportarán la visión histórica del asunto. Por su parte, Cristina Aransay, jefa del servicio de restauración de la Diputación de Álava, desde el laboratorio foral de su sección, añadirá otros detalles del trabajo de recuperación y estudio llevado a cabo durante seis años.
«Siempre se ha pensado que eran restos del siglo XVI, momento de mucho tráfico de reliquias, pero según las muestras analizadas en el laboratorio datan del siglo III, que coincide con la fecha de la masacre», desvela Echazarra. «A pesar de ello, no quiere decir que sean de los legionarios», aclara. «Dentro de los cráneos había unas bolsas con restos flores de la época», destaca este investigador entre otras «curiosidades» que se desvelarán hoy. A mes y medio de la clausura de la exposición, el Bellas Artes se prepara para recibir en los próximos días un aluvión de visitantes, mientras la investigación sigue abierta para tratar de averiguar más datos acerca de estos restos.
El programa Este domingo, a partir de las 21.30 horas en Cuatro.
La exposición: Hasta el 16 de enero en el Museo de Bellas de Álava, en el paseo de Fray Francisco de Vitoria. Horario: de martes a sábado de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.30, domingo y festivos de 11.00 a 14.00 horas. Lunes cerrado (excepto festivos) y martes después de lunes festivo, cerrado. Los días 25 y 1 de enero el museo estará cerrado, y el 24 y 31 de diciembre el horario será como el de día festivo de 11 a 14 horas.
La Diputación Foral de Álava, a través del servicio de Restauración, trabaja desde hace seis años en el estudio, conservación y restauración del excepcional conjunto relicario procedente de Mártioda. El conjunto se compone del mueble, vitrinas y un retablo que contienen en total 17 cráneos, un fragmento de cadera, varios huesos largos completos y numerosos pequeños fragmentos, todos humanos, con sus adornos de textiles con bordados y encajes. La mayoría de los huesos presentan una etiquetas de papel manuscritas que identifican a los santos a los que se corresponden.
Todo ello se encontraba en la sacristía de la iglesia de San Juan Evangelista de esta localidad y fue trasladado a las dependencias del servicio foral a finales de 2015 para proceder a su tratamiento, mientras se intentaban solventar las dudas sobre su origen y autenticidad. «Por ahora, hemos llegado a ciertas conclusiones muy llamativas. El carbono 14 ha demostrado que los fragmentos óseos pertenecen al siglo III, curiosamente la época en la que falleció la legión tebana. Pero, queda un largo camino de investigación y el servicio actualmente maneja como principal hipótesis que los huesos fueran extraídos de una necrópolis de esa época», subrayó en su momento el diputado general, Ramiro González, durante la presentación del trabajo de restauración.
Según las crónicas antiguas, la Legión Tebana del ejército romano, se hallaba establecida en la región de la Tebaida, en la zona del actual Lúxor, en Egipto, y estaba formada por más de 6.000 hombres comandados por el que luego se conocería como San Mauricio. La mayoría de estos soldados se habían convertido al cristianismo y a finales del siglo III, el emperador Maximiano mandó que la legión se trasladara desde Egipto a la región de Valais, en la actual Suiza, para incorporarse a sus tropas y sofocar las revueltas contra el Imperio. Una vez allí, se les pidió que adorasen a los dioses romanos, a lo que Mauricio y sus soldados se negaron, por lo que fueron ejecutados. Sus restos fueron recogidos y venerados como mártires a partir de entonces.
«En la actualidad, podemos encontrar reliquias de sus huesos conservadas en monasterios e iglesias de toda la Cristiandad, pero la de Mártioda es una de las colecciones más numerosas e interesantes», añadió González. «Las reliquias de santos y mártires fueron consideradas objetos de gran valor, por lo que, la Iglesia, nobles y reyes intentaban hacerse con ellas, pues pensaban que su cercanía aportaba protección y prestigio».
Antes de la intervención del servicio foral, el estado de conservación era pésimo y el conjunto estaba afectado por insectos, hongos y roedores. Además, tenían una gruesa capa de suciedad acumulada a lo largo de los siglos, deformaciones, faltas y corrosión. El Servicio de Restauración ha coordinado un equipo multidisciplinar compuesto por especialistas en áreas de restauración y conservación, antropología documentación, historia y Botánica, entre otros. Los estudios iniciados engloban la documentación, estudios de rayos X y escáner, examen antropológico de los restos óseos, estudio botánico de varios elementos vegetales hallados y la investigación sigilográfica de los lacres presentes en algunos de los cráneos y en las tibias, húmeros y fémures.
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