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Nos tomáis por tontos cuando la noche electoral ganáis todos. Cuando con el segundo peor resultado de vuestra historia en unas elecciones vascas habláis de cambio de ciclo. Cuando sois prácticamente irrelevantes en la política vasca, especialmente en Bizkaia y Gipuzkoa, y vendéis que sois ... la alternativa de centroderecha. Cuando ni siquiera lográis frenar a la ultraderecha.
Nos tomáis por tontos cuando no tenéis la valentía de llamar terroristas a los malnacidos de ETA y jugáis con los textos hasta retorcerlos tanto que parece que lo que nos hace daño son las palabras y no la sangre derramada, las vidas perdidas, las empresas arruinadas.
Nos tomáis por tontos cuando bajáis en todos los barrios y en todos los territorios y decís que habéis ganado. Sí, sois los que tenéis más votos y escaños, pero también los que más habéis perdido de entre los principales partidos. Os reís de nosotros cuando descabalgáis al alcalde para renovar la lista municipal y, tras la debacle, no dimitís. Cuando cambiáis la lista completa de Álava al Parlamento vasco y perdéis y no dais explicaciones.
Nos tomáis por tontos cuando por vuestro ego sois incapaces de unir fuerzas y concurrir en coaliciones que defiendan espacios políticos similares. Cuando obligáis a los votantes a elegir entre una opción u otra. Cuando provocáis que miles de votos acaben en la basura y sin representación por vuestra ansia de poder y protagonismo solo entendible desde el narcisismo.
Nos tomáis por tontos cuando judicializáis la política con denuncias falsas que sabéis que no van a tener recorrido pero tampoco ningún coste para el denunciante. Cuando os cargáis la carrera política de alguien a pesar de ser absuelto en los tribunales meses después de que la pena de telediario haya enterrado su reputación. Cuando secuestráis el mandato constitucional de renovar el CGPJ y luego se os llena la boca hablando de la Carta Magna.
Nos tomáis por tontos cuando, de la mano de medios afines financiados con dinero público de las instituciones que controláis, generáis escándalos, polémicas, tergiversáis datos, confundís nombres, alentáis revueltas, deshumanizáis a los oponentes políticos hasta convertirlos en enemigos.
Nos tomáis por tontos cuando en el ejercicio de vuestra profesión periodística, sabemos de antemano lo que vais a escribir, el enfoque que le vais a dar. Cuando prestáis vuestra pluma y el altavoz de vuestro medio para mentir, para no rectificar, para manipular, para acordar con la oposición o el Gobierno cualquier publicación que acorrale al de enfrente.
Nos tomáis por tontos cuando convertís vuestro cargo en algo personal. Cuando paráis un país para pensar mientras los demás seguimos trabajando, estudiando, emprendiendo, arriesgando. Nos tomáis el pelo cuando la pataleta es la herramienta política por delante del diálogo, el consenso, la búsqueda de soluciones.
Empeoráis nuestra vida. Nos traéis polarización, crispación, discusiones entre familiares y amigos. Diluís vuestra acción en el barro, hundís cualquier iniciativa solo para evitar que alguien obtenga un mérito y con ello un rédito electoral. Os cargáis el bien común por salvar vuestro culo, vuestra foto, vuestra vida tan alejada de la nuestra.
Pero no nos vais a ganar. No vamos a dejar que decidáis quiénes son nuestros amigos. No vamos a ser tan tontos de dejar que nos dividáis. No vamos a creernos vuestras manipulaciones y mentiras. No vamos a caer en vuestra polarización.
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