Contratiempo para los planes eólicos en Álava. La firma Aixeindar -una sociedad del Ente de la Energía del Gobierno vasco e Iberdrola- tendrá que modificar sustancialmente sus proyectos de parques eólicos para la Sierra de Arkamo y los montes de Iturrieta si quiere que se ... conviertan en realidad. Informes técnicos de la Diputación de Álava, a los que ha tenido acceso EL CORREO, alertan de que la colocación de molinos de 200 metros de altura en ambos espacios naturales ocasionaría efectos «permanentes e irreversibles» en diferentes especies de flora y fauna. Unas conclusiones contundentes que sin embargo no son aún definitivas. La sociedad público-privada que impulsa los parques debe preparar la corrección de estos proyectos para tratar de que reciban el visto bueno de las autoridades medioambientales.
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Los ministerios de Industria y Transición Ecológica ya han recibido estos informes preceptivos redactados por los servicios forales de Sostenibilidad Ambiental y Patrimonio Natural -competentes en esta materia-, que analizaron la colocación de aerogeneradores en las cumbres de Arkamo, Iturrieta y Labraza. En este último caso, en Rioja Alavesa, sólo se detectan cuestiones puntuales a corregir, como la ubicación concreta de un molino o la realización de estudios acústicos. Pero en los dos primeros los riesgos que aprecian los técnicos son de mucho mayor calado. Ambos parques se proyectan en zonas de especial conservación (ZEC) y en los dos se aprecian importantes afecciones a flora, fauna y paisaje.
Los técnicos han analizado uno a uno los aspectos en los que reside la singularidad medioambiental de los enclaves. Sobre Arkamo, en Ribera Baja, sobrevuelan especies «muy amenazadas» como el alimoche, el águila real, el águila Bonelli y el halcón peregrino, además de contar con doce tipos diferentes de murciélagos y plantas «singulares» como la arenaria vitoriana, el eguzkilore, el acebo, el narciso y el tejo. En Iturrieta, en la Llanada, a la lista de aves se le suman el quebrantahuesos y el águila real, que viven en esta área de bosques de encinas y hayedos que también requieren conservación.
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Para evitar unos «efectos negativos, permanentes e irreversibles que superan el nivel admisible» y un «perjuicio muy grave sobre los procesos ecológicos esenciales y la integridad del espacio», advierte la Diputación en su análisis, los promotores de Aixeindar deberán modificar aspectos sustanciales de ambos proyectos, que también han recibido alegaciones ciudadanas, de colectivos proteccionistas -ayer mismo comunicó las suyas SEO/Birdlife- y han sufrido también sabotajes en las torres de medición.
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Pero la apuesta de las instituciones vascas y alavesas por la energía renovable es firme. La Ley de cambio climático establece que se debe alcanzar en 2030 -dentro de tan sólo nueve años- una tasa de penetración del 42% de las energías de origen verde sobre el consumo final y Euskadi ronda un 7% en estos momentos, como suele recordar el diputado general, Ramiro González, quien ha respaldado estos tres proyectos en fase de exposición pública -prorrogada hasta el 2 de junio- y un cuarto en Azáceta que debe tramitarse a través del Gobierno vasco. Una de las principales razones es el carácter eminentemente industrial de la provincia, que lo convierte en una consumidora masiva de electricidad.
Estos informes de la Administración foral son preceptivos y vinculantes, por lo que todas las apreciaciones que ahí se incluyen deben tenerse en cuenta. Ello alargará el proceso. Los proyectos originales de Arkamo e Iturrieta ya cuentan con algunas medidas correctoras, pero no son suficientes. «Ni evitan ni minimizan significativamente la afección», opinan en algunos momentos los técnicos de la Diputación alavesa. Cuando reciba esta documentación, la alianza empresarial que constituyen el EVE e Iberdrola tendrá que decidir qué camino seguir para que su apuesta prospere.
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Los ocho molinos de Labraza no suponen un gran inconveniente técnico por ser la continuación del parque de Codés, en Navarra, una zona «antropizada» en la que se entremezclan fincas agrícolas con áreas forestales. Pero es que en Arkamo e Iturrieta no es una cuestión tan sólo de biodiversidad, aunque se detecten afecciones a bosques, praderas, pastos, vegetación, plantas, aves y anfibios, sino que puede perjudicar su calidad paisajística e incluso para la vida de la gente que reside a su alrededores.
En los Montes de Iturrieta se teme que con la colocación de 15 aerogeneradores se pierda su «carácter genuino» en la Llanada por los accesos rápidos, la contaminación «sonora y lumínica» y una «uniformización del relieve». El de la Sierra de Arkamo sería el más grande de los planes en cartera con 19 'gigantes' de viento. Los técnicos forales avisan que afectarían a «los valores especiales de singularidad y carácter propio montano rural que concurren en este paisaje natural excelentemente conservado».
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Los molinos que se pretenden colocar en las cumbres de Arkamo, Iturrieta y Labraza miden 200 metros de altura con las aspas desplegadas, lo que supone dos veces la Estatua de la Libertad de Nueva York. Con su tamaño y la aplicación de modernas tecnologías tendrán una potencia de 5MW.
Entre esas novedades se incluye la capacidad de reducir la muerte de aves que se chocan contra sus palas. Los tres parques, según la documentación a la que ha tenido acceso EL CORREO, dispondrán de un sistema denominado '3DObserver'. Unas cámaras detectan la llegada de los pájaros y con la aplicación de inteligencia artificial se calcula cuántas posibilidades existen de que siga una trayectoria que acabe en accidente. Si es alta, se reduce la velocidad e incluso llega a pararse.
Un sistema que no supondrá el final de este tipo de sucesos tantas veces denunciados por los colectivos ecologistas, pero sí que podrá reducirlos de forma significativa. En el informe, la Diputación evidencia que desconocía esta tecnología y si bien detecta algunos aspectos a mejorar, como que no funciona en situaciones de poca visibilidad, se considera que «puede tener efectos favorables significativos».
Medidas correctoras de este tipo sirven para mejorar en la evaluación ambiental realizada por los técnicos forales y así recibir el 'visto bueno' que les permita la colocación de sus aerogeneradores: 15 en Montes de Iturrieta, 8 en Labraza y 19 en la Sierra de Arkamo.
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