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«Íbamos un poco borrachos. No me acuerdo muy bien de lo que pasó. Sí que abrí una botella de Baileys y la dejé». Así comenzó el repaso al surrealista hurto en una tienda de comestibles del barrio vitoriano de Salburua y que acabó ... con dos varones engrilletados, uno tras ser retirado de la carretera donde cerca anduvo de provocar un accidente de tráfico.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria celebró ayer, viernes, la vista oral contra estos dos supuestos rateros por unos hechos ocurridos hace poco más de dos años. Ambos estaban citados como acusados de un robo con violencia en grado de tentativa en establecimiento abierto al público y por un delito de lesiones. Sólo se personó uno. Aconsejado por su letrado, aceptó su autoría a cambio de una rebaja de la pena.
Le impusieron 5 meses y una semana de cárcel (que no cumplirá si no delinque en dos años), 240 euros de multa y 35 días de trabajos en favor de la comunidad. Se le aplicó un atenuante por drogadicción. El segundo implicado no quedará exento. Recibirá en unos días la sentencia que emitirá la sala tras estudiar lo relatado ayer.
Esta historia se gestó una noche del verano de 2018. El dúo se personó en el súper y detuvo su visita ante la estantería de las botellas de alta graduación alcohólica. Desprecintaron una de ellas, la olieron y la volvieron a dejar en su sitio. Desde la caja, el dependiente siguió su actividad. Asimismo cogieron dos latas de cerveza que intentaron sacar sin pagar. Un policía local que acudió a la gresca declaró que «también llevaban algo de queso».
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Cuando el dependiente les cortó el paso, estos le pegaron. «Estaban muy agresivos», contó una habitual de la tienda. «Estaba sangrando de la boca y acabó en el suelo», abundó sobre la víctima. El parte médico también detectó marcas de «una mordedura» en la zona de la escápula.
La víctima, un comerciante chino que necesitó de una traductora conectada desde Valencia, se expresó en los mismos términos. «Intentaron llevarse las dos latas de cerveza», terció. Se despidió del tribunal con tres reverencias. Al juez, a las defensas y a la fiscal.
Al comercio acudieron varias dotaciones policiales. A tenor de lo declarado, no lo tuvieron fácil. «Estaban forcejeando. Hubo que reducirlos. Uno era especialmente agresivo, salió a la carretera y casi provocó que un autobús urbano se estrellara», precisó una agente local.
El investigado ausente se enfrenta a diez meses y medio de cárcel más una sanción económica. Y aparte de una indemnización a la víctima, entre los dos deberán pagar la botella abierta.
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