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«Yo estoy por la defensa de la alegría y por desarrollar el sentido del humor como una estrategia para afrontar la adversidad que nos ayude a vivir mejor», explica Virginia Imaz (San Sebastián, 1962). Esta tarde a las 16.00 horas ofrecerá una charla ... titulada 'Humor y emociones' en el centro cívico El Campillo dentro de la Escuela Abierta a la Ciudadanía. La guipuzcoana estudió Magisterio, es payasa profesional, fundadora de la compañía de teatro Oihulari Klown y en 2017 Emakunde le otorgó el premio a la Igualdad por su trayectoria y conciencia feminista.
- ¿Tiene límites el sentido del humor?
- Yo invitaría a no reírse de la gente que es socialmente más vulnerable. Hay gente que puede escuchar un chiste sobre negros o sobre mujeres que no solamente no le hará gracia, sino que empatiza con la víctima y se va a mosquear. Además, que en materia de salud lo más sano es reírse de uno mismo porque tiene que ver con la aceptación, la autoestima y es un desarrollo gigantesco a nivel interno. Si no eres capaz de reírte de ti, que sea de los poderosos. Ellos siempre van a salir a flote, como la mierda.
- ¿Sobre quién es más fácil hacer chistes?
- El humor tira a dar. Hay veces que tira hacia la gente que tiene un estatus superior al nuestro, por eso es muy fácil reírse de los poderosos. Esa gente nos asusta a nivel jerárquico porque pueden tomar decisiones que cambien nuestra vida, como despedirnos o contratarnos. Yo estoy más inclinada a reírme de un jefe o de un político que de una colega que es como yo.
-Pero también hay quien tira hacia abajo.
-Hay personas que se ríen de quienes perciben que están peor que ellas. Personas que están en riesgo de exclusión social, de hecho. El humor está plagado de situaciones de mucha vulnerabilidad social. Hay muchos chistes de borrachos, de putas, gays... Es una manera que se ha utilizado siempre como ante la posibilidad de sufrir situaciones semejantes. El humor es una manera de colocarse por encima.
- ¿Es sano reírnos de todo?
- Cuando reímos rápidamente se reduce el cortisol y aumenta un coctel de hormonas que son muy beneficiosas para la salud. Es alarmante que nos preocupemos por la calidad del aire, de comer bien, de hacer ejercicio y que no invirtamos nuestros esfuerzos en reírnos durante cinco minutos. Cinco minutos de carcajadas equivalen a una hora de yoga. Además, no vemos el mundo igual cuando estamos estresados que cuando conseguimos reírnos. Por eso, el humor puede ser una lente que nos ayuda a vivir mejor.
- Dicen que cuando una persona ha conseguido superar un trauma es cuando puede reírse de él.
- Para que el humor ocurra necesita de un 'cortocircuito neuronal'. Yo me río porque acepto, no me río y luego acepto. Sin esa aceptación previa es difícil que yo pueda darle al interruptor de la risa. Por eso en terapia dicen que cuando alguien se ríe ya ha iniciado el proceso de sanación. De esa aceptación viene mucha parte porque dejamos de estar en pelea.
- ¿Es el humor una herramienta para el empoderamiento feminista?
- El humor es una estrategia para el empoderamiento de cualquier persona. Este concepto se ha utilizado mucho en temas de feminismo, pero también en cuestiones étnicas. Apela a que una clase social que está en inferioridad de condiciones en materia de justicia social. El humor entra en una autoaceptación protegida que me permite empoderarme. Por eso es una buena herramienta para tomar el poder al que las personas tienen derecho y equiparar las cosas.
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