![«El humor es una herramienta crítica fundamental, tiene que molestar»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201908/12/media/cortadas/txortas-ksID-U80971427320cd-624x385@El%20Correo.jpg)
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Confiesa Javier Alkorta, Txortas, haber tenido «durante todo el año la cabeza puesta en el festival». Largos meses de «ansiedad» desde que bajaron el telón de la edición pasada, hasta conseguir completar en este un programa de «calidad homogénea» con once espectáculos. Todo hasta ... conseguir que el Festival de Teatro de Humor de Araia vuelva a hacer las delicias –y provocar carcajadas– del público. Y es que este año celebra su XXVI edición, consolidándose de manera firme como una cita obligada en el calendario cultural del territorio.
–Llevan 26 años. Con esa experiencia uno ya debe de tener un buen ojo a la hora de elegir los espectáculos.
–Bueno, pero cuando hay que elegir uno siempre corre un gran riesgo. Y hacer el festival tiene sentido siempre y cuando exista ese riesgo, porque ir a tiro hecho sería muy fácil, no me motivaría en absoluto. El éxito del festival está en que la gente que se desplaza hasta Araia sabe que hay una opción de sorpresa. Siempre habrá un par de piezas que me hagan sentir que ha merecido la pena.
–¿Parten con una idea preconcebida desde el principio?
–Mentiría si dijese que tengo una idea, un esquema previo con las piezas que queremos traer. Muchas veces, el programa te lo marca el primer contrato que firmes. El Poyo Rojo solo podía venir el 18 y a raíz de esto el resto se ha ido encajando. Lo vas cerrando con la idea de que todos encajen. Pero, vamos, que no existe una pauta definida, es ir viendo si encaja.
–¿Qué esperan entonces con esta edición?
–Queremos que la gente coincida, en gran medida, con los criterios que nos han llevado a escoger este programa. Creo que es una de las ediciones en las que hay un nivel de calidad más homogéneo, siendo cada uno de los espectáculos diferente entre ellos. Cerrar una programación sin tener un contenido equilibrado y sin dar respuesta a las expectativas para mí es inconcebible.
–¿El plato fuerte de este año se podría decir que es 'Cavernícola'?
–No es el espectáculo que más me emociona, porque también tengo 'Rhumans', que me sorprende más. O 'Todas hieren y una mata', que es un caramelo de espectáculo. Pero, una cosa es mi criterio y otra el de la gente. Eso sí, tengo un puzle homogéneo que en todo momento mantiene una armonía. En mi vida pensaba que iba a contratar el 'Cavernícola', todo por un prejuicio mío. Incluso fui a Madrid y no lo vi. Pero cuando salieron de gira me animé a verlo y tengo que reconocer que me comí mis propios prejuicios. Pensaba que sería un monólogo más del Club de la Comedia y vi un monólogo teatralizado que me gustó mucho. Y sobre todo que Nancho Novo defiende el espectáculo sobre el escenario.
–¿Cuál es el estado de salud actual del humor?
–Está atravesando momentos difíciles y duros porque tienes que medir por momentos lo que dices y cómo lo dices. Habría que ver hasta dónde molesta, porque tiene que molestar. No deja de ser una herramienta crítica fundamental en la sociedad.
–¿No reírse sería un fracaso?
–A veces con una sonrisa y con el movimiento del diafragma es suficiente. Incluso puedes no expresarla, porque te estás riendo por dentro. Si vas a ver una pieza pensando que te vas a morir de risa y no es así.... no pasa nada. Si además te mueres de risa, lloras de risa, pues mucho mejor.
–¿Se acuerda de la última vez que ha llorado de risa?
–Quizá con 'Rhumans'.
programa
–Lo cierto es que las fechas y su tono humorístico convierten al festival en un plan de verano perfecto.
– Las fechas fueron un acierto, sí. Hace 26 años tras las fiestas de Vitoria la ciudad se convertía en un desierto. Ahora ya no. Los que antes se quedaban tenían una predisposición a moverse, a hacer planes con la familia.
–El humor puede ejercer de gancho para atraer a la gente al teatro.
–El público de teatro es un público capaz de disfrutar con muchos estilos. Existe una clase de público que es fiel al teatro y que aparte del festival también acude a ver obras en otros momentos. También aquellos que son fieles al festival y que se mueven desde otras localidades estrictamente para ver los espectáculos. Entre todos esos igual hay alguno que le termina gustando y vuelve a repetir durante el año.
–Amplían las raíces del programa a otros pueblos. ¿Les gustaría hacerlo hasta Vitoria?
–Como demuestra la campaña de pueblos, nuestra intención es abrirlo a encontrar colaboraciones, pero el festival nace en Araia y tiene todo su sentido en Araia. ¿Nexos con Vitoria? Bueno, ¿por qué no? Pero, insisto, el festival es de Araia.
–Una vida sin humor...
–...sería vivir amargado. El humor es necesario.
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