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Las perspectivas de un gran año para el sector hotelero las ha echado por tierra, como las de tantos otros, la crisis provocada por el coronavirus Covid-19. Con las puertas cerradas, los responsables de los hoteles, agroturismos, casas con encanto, apartamentos... se enfrentan ahora ... a las cancelaciones y no saber cómo será el futuro.
asier aguirre. sercotel boulevard
El director del hotel Boulevard es uno de los trabajadores afectado por un ERTE; en su caso de reducción de jornada. El trabajo que desarrolla ahora se centra, sobre todo, en realizar cancelaciones y modificaciones de reservas. «Hay casos que no quieren devolución, dicen que ya vendrán, pero otros como los del triatlón ya no van a venir», explica. Mientras mira el futuro con incertidumbre, pero confiando en que «al menos si la gente no puede ir al Caribe, por ejemplo, sí haga turismo interior», recibe alguna buena noticia. «Esta semana hemos recibido unas reservas para julio y agosto», dice. «Y hace ilusión» ante un panorama tan complicado.
ángel sanmamed. arcos de quejana
El hotel Arcos de Quejana cumple este año su 25 aniversario en el Valle de Ayala. Su director, Ángel Sanmamed, no podría imaginar que sería en estas circunstancias en las que «lamentablemente mucha gente se va a quedar por el camino». Acude a diario al establecimiento para hacer labores de mantenimiento y jardinería. «Hay que mantenerlo todo súper bonito» para cuando en el futuro puedan abrir. «Hay que confiar en los clientes, aunque tengan cierto miedo y respeto, aquí tenemos la suerte de ser un sitio pequeño, en la naturaleza, bien ventilado. Eso también dará confianza» tras una crisis «que marcará un antes y un después».
resu díaz de garaio. casa de los arquillos
«No sabemos lo que va a pasar, pero no pinta bien». Es la primera impresión de arroja Resu Díaz de Garaio, propietaria de La Casa de los Arquillos y los apartamentos La Casa de Santa María, autorizados para uso de emergencia social. Aunque no quiere parecer demasiado pesimista, tiene «la sensación de que este es un año perdido; ojalá me equivoque». Coincide con la mayoría de hoteleros en que la «incertidumbre es total» y añade que «si no abren los bares y los restaurantes, los hoteles tampoco tienen mucho sentido», sobre todo en su sector de alojamientos turísticos. «Con los clientes de empresa tampoco sabemos qué pasara», añade.
juan félix fernández de miguel. villa de laguardia
La actividad en los hoteles se reduce ahora a gestionar cancelaciones y mantenimiento. En el Villa de Laguardia, «hemos aprovechado para acuchillar el suelo de la recepción y del restaurante de desayunos. Es complicado hacerlo con el hotel ocupado», explica su director, Juan Félix Fernández de Miguel. «Decir cómo será el futuro es aventurarse porque no sabemos cómo y cuándo podremos abrir, pero puede que la hostelería sea lo último». En cualquier caso, «nos adaptaremos a las circunstancias» y confía en que «si no se pueden hacer viajes largos, la gente hará turismo nacional. Tenemos que hacer estrategias para que no sea muy caro».
teresa ruiz de apocada. casa rural behitegi
Teresa Ruiz de Apocada reconoce que, dentro de todo lo malo que está sucediendo, tiene «suerte porque estoy en una casa con jardín y no he tenido que acudir a un ERTE porque mi hija estaba de baja por maternidad». Y también porque «mi marido tiene una explotación agroganadera», con lo que las pérdidas para la familia son menores. Aunque da este año «por perdido, casi seguro», confía en que «cuando se pueda, la gente tenga ganas de reunirse con sus familias y cuadrillas...». Ahí tendría una ventaja porque ese es el perfil de sus huéspedes, los grupos. De hecho, «mi último cliente fue un grupo de cine que grababa en Vitoria».
natalia lasarte. holiday inn exprés
La salida de la crisis provocada por el Covid-19 «no se puede prever porque no hay comparativa», indica Natalia Lasarte, que como sus compañeros de profesión afronta «con tristeza» las cancelaciones que se suceden desde hace casi un mes. Cuando se vuelva a la actividad, el viajero «necesitará seguridad», por eso cree que «el turismo vacacional costará más recuperarlo». Considera que «primero se moverán las reservas por motivos de trabajo y después, el turismo nacional». Tampoco olvida «la pérdida de empleo» en el sector, que en el Holiday Inn será menor «porque tenemos una plantilla mínima que se refuerza según necesidades».
chari garcía ugarte. hospedería los parajes
Chari García Ugarte tiene la sensación de estar viviendo «una novela de miedo». Cuando se asoma a la ventana en Laguardia ve una imagen deprimente para la que solo encuentra un consuelo: «El confinamiento se está haciendo my bien en el pueblo». Después de tener que enviar a sus 17 empleados a un ERTE, ella y sus hijos se dedican «a mantener todo limpio y perfecto» para cuando puedan regresar los clientes. La hospedería Los Parajes, que afrontaba un gran año repleto de reservas, se enfrenta al futuro con el problema de que «recibíamos a muchos extranjeros y no se sabe cuándo volverán» a llenar sus 18 habitaciones.
agustín rodríguez. hotel duque de wellington
«Hay miedo. El turismo se mueve en función del estado de ánimo y si es bajo, no se está pensando en el ocio», reflexiona Agustín Rodríguez, director del vitoriano hotel Duque de Wellington. Para Semana Santa tenía sus 40 habitaciones vendidas, ahora canceladas. El 13 de marzo cerró la cafetería y hasta el 18 siguió trabajando solo con tres habitaciones de clientes fijos «que prácticamente vivían en el hotel». Eran trabajadores que han vuelto a sus casas. Este año «no se presentaba nada mal» y, sin embargo, «ahora es imposible hacer una previsión», dice Rodríguez, que ha recibido «alguna reserva a partir de septiembre».
iker areta. areta etxea
Hace 24 años, la madre de Iker Areta «montó el negocio», la casa rural Areta, en Salinillas de Buradón, que desde hace dos años lleva él. «Me da tranquilidad no tener que pagar hipoteca ni alquiler», dice con alivio. Para afrontar el resto de pagos fijos cuenta con el apoyo de su viñedo. «Son dos actividades que se complementan, aunque lo que nos da comer es el turismo», advierte. Después de afrontar las anulaciones de las reservas, explica que está aprovechando «para pintar y retocar la cocina». Así, recién reformado lo encontrarán los huéspedes que «espero que quieran venir. Estar en la zona rural y sin masificaciones puede ser una ventaja».
iván saldaña. hotel hito / aptos. diván e irenaz
Iván Saldaña se define como «muy optimista» y aunque cree que «va a costar levantar cabeza», explica que «en Vitoria hay muchas empresas y los hoteles somos mucho de viajeros de trabajo». También considera que «el turismo interno va a ser fundamental». Pero para salir, «hay que mojarse e invertir», además de mantenerse activo «por ejemplo en las redes. Hay que animar a la gente». Sus instalaciones se mantienen abiertas, ya que acoge sanitarios. Para mantener la seguridad, por ejemplo, en el Hotel Hito «el personal hace lo imprescindible. Les damos toallas y sábanas limpias y se las cambian ellos». También ha cedido apartamentos.
joana molinuevo. caserío montehermoso
Joana Molinuevo no para aunque mantiene cerrados los tres apartamentos del Caserío Montehermoso en Astúlez (Valdegovía). Aprovecha para «formarme, avanzar para entrar en el club de ecoturismo de España...» y mantiene «la presencia en las redes y el vínculo con el cliente». Mientras se debate en la incertidumbre de cómo será el futuro, cree que «la clave está en la flexibilidad y saber adaptarse porque todo está por ver». En ese contacto con los clientes «me emocionó una a la que le expliqué que si aplazaba la reserva para cuando se pudiera, aplicaba un 5% de descuento y no quiso. Insistió en que ya vendría, que bastante estamos pasando».
elena muras. hotel viura
En Villabuena, el hotel Viura se preparaba para reabrir sus puertas «el 13 de marzo cuando saltó todo», relata su directora, Elena Muras. «Nos pilló cerrados porque cada año no abrimos de diciembre a marzo», añade. «Teníamos muy buena previsión, con un precio medio ya asentado y, claro, se ha cancelado todo», expone. Muras se muestra preocupada «por el mercado de Estados Unidos. De junio a octubre son el 30% de nuestros clientes. Y me temo que de ahí no nos va a llegar nada». Por el contrario, piensa que puede ser positivo que «en las crisis, aunque esta es distinta, el sector del lujo suele quedar menos tocado» y su hotel es de nivel alto.
miguel ángel muguruza. guzurtegi agroturismo
«Todo dependerá de lo que dure esta situación», dice Miguel Ángel Muguruza, propietario del agroturismo Guzurtegi, junto al embalse de Maroño en el Valle de Ayala. Como todos, reconoce que «ahora solo hay cancelaciones» y admite que «las expectativas para este año eran súper buenas. El arranque había sido espectacular». Cuando pueda retormarse la actividad todo será diferente porque «también influirá el tema económico. Está habiendo muchos ERTEs, la gente tendrá menos dinero...». Aunque confía en que «la gente tenga ganas de volver a salir». Mientras, «seguiremos echando el resto en esto porque es nuestro medio de vida».
pepe barreira. hotel ruta de europa
«Todo es una incógnita», dice el empresario Pepe Barreira, que mantiene abierto el Ruta de Europa como «hotel de guardia», pero en el que «apenas hay actividad. Apostamos por mantener ese servicio y ya está», añade. No se atreve a hacer previsiones sobre el día de mañana porque lo único que tiene claro es que «no sabemos ni cuándo ni cómo va a terminar» y de ello dependerá el futuro. A su juicio, en estos tiempos difíciles por la pandemia del coronavirus, lo más importante es «mantener la calma y esperar». Barreira reconoce que en muchos casos puede resultar complicado, «pero la ansiedad es mala para todos», insiste.
teresa celada. gesaltza etxea
Teresa Celada avisa de que su opinión está marcada por el hecho de que la casa rural Gesaltza, en Salinas de Añana, es para su familia, un complemento, no su principal actividad. «Yo no me puedo quejar», admite, «pero el futuro lo veo negro. Costará salir». Le queda la esperanza de que «si no puede haber masificaciones y la gente no puede ir a la playa, igual va a los pueblos». Allí les ha pillado a sus hijos el confinamiento, «que están aprovechando para pintar la valla, la casa...». De cara al verano, «como tampoco sabemos si van a poder abrir las piscinas» le resulta casi imposible hacer previsiones. «A ver quién aguanta», se plantea.
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