Hoteles y agroturismos alaveses asumen que no retomarán la actividad hasta junio

«Trabajamos en escenarios de cómo será la reapertura, pero sin fecha», expone Gema Guillerna, directora del NH Canciller Ayala. Y la refrendan compañeros que, además, dependen de los criterios que marquen sus cadenas. «Por ejemplo, Sercotel ya ha decidido que aquellos que sólo reciben turismo, como en la costa, no van a abrir, y los que somos como el nuestro, con clientes de trabajo, se irá viendo», añade Asier Aguirre, responsable del Boulevard.

A los directores les cuesta entender la decisión del Ejecutivo de Sánchez. «La inconcreción es total», afirma Juan Félix Fernández de Miguel desde el Villa de Laguardia. «No lo han hecho pensando en los hoteles sino para salir del paso», continúa. A la contradicción de permitir abrir sin que se pueda viajar se une que «si no pueden usarse las zonas comunes, ¿qué hacemos, llevar desayunos y cenas a las habitaciones? La gente no quiere eso».

«Iremos viendo día a día», añade Natalia Lasarte, del Holiday Inn, que como sus compañeros reconoce que hay mucha «incertidumbre». Txari García Ugarte, de Los Parajes de Laguardia va más allá. Califica la situación de «surrealista» por varios motivos: porque «si la movilidad se limita a la provincia, ¿quién va a venir? y porque «con un tercio al aforo, no es rentable».

En ese aspecto coincide Elena Muras, directora del Viura en Villabuena, que advierte de que «las cosas cambiarán de aquí a final de mayo. Ahora las informaciones no son claras. Son enunciados sin desarrollo». Igualmente cree que «faltan muchas cosas por matizar» la directora del Gran Hotel Lakua, Anabel de Lafuente, cuya ocupación como centro sanitario es ya mínima.

Nekatur, que agrupa a casas rurales y agroturismos, busca respuestas para poder ofrecérselas a sus socios. «Tenemos más preguntas que respuestas», dice Teresa Ruiz de Apodaca de la casa rural Behitegi, que también ha acudido a Nekatur. Su gerente, Idoia Ezkurdia, admite que «recibimos como buena noticia que se pudiera abrir, pero hay muchas incógnitas. Quizá ha sido un poco precipitado. Y si está limitada la movilidad, no habrá clientes».

Entre las excepciones, el Caserío Montehermoso anuncia su apertura. «Tenemos tres apartamentos, cada uno con su cocina, jardín y sin zona común. Si quieren que les sirvamos el desayuno y la cena, se lo llevamos», explica su propietaria, Joana Molinuevo.