Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Los hoteles alaveses llevaban días funcionando a duras penas con el turismo asustado por el virus y los viajes de trabajo limitados a desplazamientos estrictamente justificados. Pese a haber intentando hacer la estancia de sus huéspedes lo más segura posible, nuevas medidas del Gobierno central ... les obligaron a echar al cierre a mediodía. Desde ayer disponen de siete días para decir adiós a sus huéspedes y sólo unos pocos permanecerán abiertos.
Estos últimos deben cumplir dos requisitos. Primero, alojar huéspedes que en el momento de la declaración del estado de alarma ya se encontraran alojados de manera estable. Segundo, que puedan desarrollar actividades de primera necesidad en sus habitaciones. De esta manera, los apartamentos Irenaz y Diván serán unos de los pocos apartahoteles que mantengan sus puertas abiertas en Vitoria en los próximos días.
«El 30% de mi explotación son clientes fijos que llevan meses o años conmigo y esto es lo único que nos va a poder salvar de esta crisis», afirma tajante su propietario, Iván Saldaña. En los últimos días clausuró su Hotel Hito y se ha trasladado a uno de sus apartahoteles para dejar su domicilio habitual a un familiar. Tras revisar el BOE de ayer 17 de marzo llega a la conclusión de que sus clientes de siempre y un grupo de ciudadanos chinos a los que aloja se podrán quedar unos días más. «La mayoría de clientes están aquí por trabajo. Otros porque no encuentran vuelos para marcharse o algún otro motivo», apunta el empresario. Tal vez porque no quieren arriesgarse a volver a llevar el virus a China.
Sus habitaciones son casi como casas y cuentan con cocina, lavadora, secadora... En ellas viven estos días empleados de Osakidetza llegados desde otras provincias –y a coste cero–, personal de residencias, ingenieros aeronáuticos... Personas que, en definitiva, necesitan seguir cambiando de ciudad durante el estado de alarma.
Resu Díaz de Garaio, por su parte, decidió echar el cierre a los lofts de La Casa de Santa María. Las habitaciones de La Casa de los Arquillos llevan días cerradas. «No queríamos que la gente coincidiera en las zonas comunes. Hoy dormirán dos personas en los lofts (en referencia a ayer), pero si se van este jueves voy a cerrar las instalaciones ya», sostenía. «Lo que sea para acabar cuanto antes con esta pandemia», apostilla.
En la mañana de ayer ni un alma entraba ni salía de hoteles como el NH Canciller Ayala. Otros como el Hotel Lakua o el Ruta de Europa aún conservaban algún cliente y sus puertas sólo se abrían para que fueran a trabajar. En Abba Jazz, uno de los pocos que mantenía abierta su recepción, se hospedaban algunos trabajadores de Renfe.
Empresas como Booking han cancelado las reservas en estos establecimientos hasta el 1 de abril. El impacto de la llegada del COVID-19 a Álava ha sido durísimo para establecimientos que, como uno de los de la capital alavesa, han visto ocupadas sólo tres de sus 90 habitaciones desde inicios de la semana pasada. Las reservas de Semana Santa han desaparecido. «Cerramos ayer para volver a empezar de cero. Se están poniendo en juego muchos puestos y empresas», lamentaba un cargo de responsabilidad desde la dirección de un hotel. Sus plantillas están, en el mejor de los casos, abocadas a ERTEs.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.