«Ha sido durísimo cerrar después de 60 años», dice Gema Guillerna, gerente del NH Canciller Ayala. El hotel, con 173 habitaciones, abrirá hoy de manera excepcional y con muy poco personal para atender a un único cliente, el primero desde el 18 de marzo - ... un cliente de empresa, apunta el hotel como única explicación para este curioso hecho-, y esperará a la próxima semana para recuperar la actividad de manera más o menos normalizada. Con menos elementos decorativos, sin papelería en las habitaciones, con las neveras vacías, con papeleras de tapa y desinfección a todas horas. Es la imagen de los hoteles post Covid alaveses, la mayoría de los cuales aguardará a la semana del 15 de junio en adelante y a un cambio de fase para empezar a recibir clientela. Entre ellos, los equipos de fútbol que vengan a jugar contra el Alavés, para lo que la Liga elegirá a un hotel que sea siempre el mismo. El del parque de la Florida tiene muchas opciones.
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De momento, las empresas o negocios copan la poca oferta que hay en el sector, que deposita sus esperanzas en el turista nacional de verano, el que elegirá el interior de la Península para sus idas y venidas. «La gente aún no está mentalizada acerca de lo que quiere hacer estas vacaciones. Dan un paso para adelante y otro para atrás», avisa Anabel de la Fuente desde el Gran Hotel Lakua. En el único 'cinco estrellas' de la ciudad no ha habido cierre. Primero porque Salud montó allí una unidad de hospitalización y ahora porque da servicio a algunos clientes habituales.
Sin Ironman, ni Azkena ni perspectivas de fiestas populares, los hoteles alaveses, en especial los vitorianos, regresan del confinamiento con un panorama un poco más desalentador que el que podría haber sido si este apocalipsis patogénico hubiese ocurrido tres meses antes. Los franceses, italianos o británicos no dan señales de vida y solo el turista que se mueve por la Península puede alegrar hoy las reservas.
La red de hoteles de Álava afronta la recta final de la fase 2 de la desescalada cargada de hidrogel, mascarillas y desinfectantes. Los establecimientos ponen a punto recepciones, comedores, habitaciones y espacios comunes para volver a dar los buenos días a sus clientes en breve. Algunos como el Lakua o el Abba Jazz atienden compromisos adquiridos. Son viajeros de una noche. Pocos. El hotel Dato aún aloja a algún sanitario y el resto de los de mayor tamaño no abrirá hasta la segunda quincena.
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El Abba Jazz se encontraba ayer, su primer día tras la crisis, al 25% de su capacidad. Lo que traducido en huéspedes eran media docena de comerciales y directivos de empresas que pasaron la noche en Vitoria sólo de paso. Según explicó su responsable, Borja Cuesta, la recepción cuenta con señales que marcan la distancia de seguridad y los desayunos en este céntrico hotel vitoriano se sirven en las habitaciones. Lejos queda ese 19 de marzo en el que despidieron a su último cliente.
Jardines de Uleta ha mantenido activos sus apartamentos y las habitaciones estarán listas a partir de julio. Estas semanas se dedicarán a atender peticiones. «Vitoria es uno de esos destinos de última hora», señala una de sus responsables. El hotel Boulevard cree que hasta el 22 de junio no abrirá y el Ciudad de Vitoria maneja esa misma fecha para una vuelta a la actividad al cien por cien. Un poco antes abrirán los hoteles de Rioja Alavesa como Viura o Villa Laguardia, donde ya empiezan a cerrar reservas de varias noches y de familias enteras que pasarán el verano entre viñedos.
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