Los hosteleros desafían al covid con una decena de aperturas en el centro de Vitoria

Con casi 300 metros, se trata del local que durante décadas albergó una tienda de muebles y que tras ser unido a otros dos anexos revivirá de la mano de Mikel Azpeleta y su equipo (gestionan también el cercano Puerta Grande). «Vamos a tocar todos los palos. Vermús, meriendas, cócteles y menús de entre semana de un nivel medio-alto, con un cocina elaborada, moderna, canalla y muy bien presentada, también a la brasa». Una generosa terraza con 25 veladores se sumará a esta estratégica plaza frente al Iradier Arena cuyos juegos infantiles atraen a un numeroso público.

Si en este caso una tienda de muebles renace como bar, en otro es una ferretería la que acaba de transformarse en un moderno bar-coctelería. Se trata del Clover Club que se inaugura en Olaguíbel con Fueros «la semana que viene», cuentan sus responsables Aitor Jiménez Conde y Julián Dagostino, con otros negocios hosteleros en el centro. El establecimiento, con 170 metros, arrancará con «desayunos gourmet» que darán paso a «una amplia variedad de cócteles, vermús y copas» el resto de la jornada.

Decoración «oriental», música 'house' y, por supuesto, terraza, son algunas de las señas de este local en una zona, junto al remozado entorno del Memorial, «que siempre me ha gustado», reconoce Conde. El proyecto surgió en pandemia y arranca ahora pese a que en este negocio «nunca son buenos momentos, pero no me dio miedo».

En el mismo entorno se fijó el hostelero Juan Carlos Antolín para montar La Kobatxa, que como su nombre indica ocupa el espacio que alberga una las célebres bóvedas de piedra que sustentan los Arquillos. De nuevo, es una tienda de cocinas que antes fue la emblemática zapatería Landaluce la que resurge como bar-restaurante. El covid ha dilatado la apertura de este espacio que envuelve al cliente en «una experiencia de 5 sentidos». Aparte, su promotor planea abrir a finales de este año en la misma calle una heladería-tienda delicatessen. Antes inaugurará otro local hostelero en Bastiturri (Kanijo) «en breve». Y hay más. «Un grupo de hosteleros nos hemos agrupado para reactivar el centro» y proyectan un nuevo establecimiento «en Desamparados», avanza.

Por su parte, en Aranzábal está a punto de abrir el gastropub Kanaia. «Son tiempos difíciles pero surgió la oportunidad y vamos adelante con ilusión», dice Juan Carlos Arana, uno de sus impulsores, con 30 años de experiencia en el gremio. Han modernizar el bar que funcionaba en esta lonja para ofrecer «una buena barra de pintxos, picoteo, vermú y copas», por supuesto con terraza.

Ya en San Prudencio, el espacio que acogía la tienda de chuches Gretel está en obras para abrir como Taberna Down Street, que «a finales de agosto» completará con oferta gastronómica al anexo pub Down Street, traslada su responsable Javier Lastra. La decena de persianas que han subido en el centro se completan con La Mejillonería La Esencia (San Francisco) y las reaperturas de Al tulipán de Oro (Correría) y Morro Fino (plaza de España).