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Unos 2.000 kilómetros alejan Bari (Italia) de Vitoria. Se distancian, también, por los 10 grados de diferencia –en la capital alavesa siempre a la baja, claro– así como por unos paisajes completamente enfrentados. Aquella es la ciudad del paseo marítimo más largo de ... toda Italia, mientras que la vasca destaca por la singuridad de su interior Medieval.
Precisamente por esos aspectos que hacen a ambas ciudades tan dispares –y gracias a un vuelo directo al aeródromo de Loiu flotado por una compañía 'low cost'– Maristella Mantuano y Víctor Liotine, una pareja de periodistas italoargentinos venidos de la región sureña de Puglia, han encontrado entre las calles del Casco Viejo material literario para escribir su próximo reportaje. Marcarán su huella en la web de viajes 'Triptales.it', donde ya asemejan, por ejemplo, a Madrid con la «elegancia» de París y la tildan, de acuerdo a su experiencia, de un «anima (alma) piú latina».
Sobre el País Vasco (su ruta viene de Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Gernika, Mundaka y el impronunciable San Juan de Gaztelugatxe) todavía tienen que plasmar sus impresiones definitivas, pero están convencidos de que, en Vitoria, han dado con «uno de los mejores alojamientos» por todas sus prestaciones. Se encuentran en el Albergue de la Catedral (en Cuchillería, 87) a escasos cien pasos del templo gótico. «Sólo por la cercanía con esa perla puede justificarse la estancia aquí», cuenta convencida Maristelle. Como ella, otros turistas y peregrinos que han recalado durante agosto en este edificio mencionan la «suerte» de dormir aquí durante unas horas y hasta un máximo de tres días.
30 euros.
Es el precio más alto que ofrece este alojamiento de 17 habitaciones en temporada alta. Sus precios «económicos» parten en verano desde 17 euros.
En resumen, que conocer los encantos de Vitoria se vuelve «sencillo» por esa centrísima ubicación en la que se publicitan buena parte de las maravillas de la provincia como las ultrarecomendadas Salinas de Añana o los Humedales de Salburua. Más de uno se quedaba estos días boquiabierto con los ciervos que aparecían en las imágenes de propaganda. No sabían (les invitamos a descubrirlo más adelante) que pronto, esas tierras, también acogerán caballos u ovejas para mejorar su «atractivo» y su eficiencia «ambiental».
«Vosotros siempre habéis sido pioneros en todo el tema de sostenibilidad. Es verdad que luego se sumaron más ciudades, pero es importante que lo mantengáis», se mostraban aduladores la familia de franceses encabezada por Philippe Collin, que asumían que hasta hace poco también éramos «la capital desconocida» de Euskadi. La tendencia positiva hacia la que apuntan los agentes hoteleros este verano, a falta de datos oficiales, contribuirá a que poco a poco nos vayamos quitando esa etiqueta.
Al grano. El caso es que más allá de lo «económico» que resulta hospedarse en una de estas 17 habitaciones que acogen una media de 40-45 huéspedes diarios (en temporada alta como la actual los precios por noche parten de los 22 euros y no alcanzan los 30 con ofertas para los jóvenes menores de 30 años), muchos residentes como los italianos ya mencionados destacan esa «onda internacional» que se respira entre estas paredes. Una simple curiosidad para que se hagan a la idea de lo que mencionan: la bienvenida se escribe en los muros del 'hostel' en hasta 12 lenguas distintas entre las que se incluye (además del español, el euskera o el catalán) el alemán, el griego, el portugés o el árabe.
Esa convivencia con la multiculturalidad marca una forma de viajar. No se trata sólo de conocer el lugar que visitan –que, por cierto, en este caso, «ofrece una imagen muy similar a la que aparece en las guías», según cuentan los turistas– si no que es una forma de «encontrar gente de todos lados» con la que el destino adquiera más sentido.
Justo esa filosofía es la que han intentado transmitir de padres a hijas Olga Guarddón y Saúl Ortiga a Noa y Eva. Su estancia en la ciudad apenas ha alcanzado las 24 horas por ser un punto intermedio en el camino entre Francia y Madrid, el hogar al que que vuelven tras las vacaciones.
Sin embargo, matizan que esta parada iba más allá de volver a descubrir los atractivos de la capital vasca, a la que quieren volver en la próxima edición del Festival de Jazz. «Es la primera vez que nos alojamos los cuatro en un albergue. Queríamos enseñarles a ellas, ahora que son jóvenes, que esta forma de viajar también existe. Merece la pena porque sale barata a la par que conoces a mucha gente diferente. Nosotros (por su marido y ella) antes nos íbamos a menudo de mochileros», afirma. Este puente, ¿pudieron aprovechar las pocas horas con las que contaban para alcanzar sus objetivos? Podría decirse que sí, ya que les dio tiempo a realizar una visita guiada del 'Abierto por Obras', donde Noa, la más pequeña, se sorprendió con que «cables tan pequeños pudieran sujetar tanto peso».
Con algo más de tiempo ha contado el peregrino murciano David Bernabeu que ha emprendido este mes el Camino de Santiago Vasco del Interior, que culminará el lunes 26. La parada en el albergue es para él un sitio donde ducharse y descansar con mayor comodidad de la habitual. Eso sí, cualquier día de su itinerario se levanta con una energía especial que le hace considerar cada jornada una «aventura» distinta. Hasta la entrevista le ilusiona. Eso sí, nada como los paisajes montañosos que cruzan el territorio para dar rienda suelta a la imaginación. Tanto es así que asegura haber escrito un libro inspirado en estos lares y titulado 'Crónica de un errante'; un enunciado parecido al que escogió el artista Néstor Basterretxea cuando escribió su autobiografía 'Crónica errante y una miscelánea'.
Sin menos florituras, lo climatológico también ha movido a Sergio Óveda y Marina Fivla desde Barcelona o a Victoria Espejo, desde Córdoba. «Queríamos escapar del calor», repetían. «Al final nos hemos encontrado con una ciudad que no esperábamos tan bonita. Y la ubicación del alojamiento ha hecho mucho», aseveraban.
El de 2023 fue un verano de récord para el albergue de la Catedral de Santa María, con 2.644 pernoctaciones en julio y agosto. Aún es pronto para hacer un balance de esta temporada (se entra ahora en dos semanas cruciales para el turismo), pero todo apunta a que las cifras se mantendrán en la misma línea. Lo ocurrido en la semana de La Blanca puede servir de termómetro para analizar su éxito. «Estuvimos hasta arriba todos los días. Llenos. Muchas de las charangas se alojaron aquí», apuntan los responsables del alojamiento dotado con 90 camas e inaugurado en 2012. Si se analizan los datos anuales, este espacio acoge a una media de 12.000 personas. Al comparar los siete primeros de hace un año con los de este ejercicio, los mismos medios han constatado «un 2% más de afluencia». Este complejo forma parte de una manzana que ha ido incorporado una mayor actividad por parte de la Fundación Catedral Santa María. En marzo de 2023 se recuperó el edificio de Cuchillería 103 para actividades culturales, mientras que el número 93 acoge sus oficinas.
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