Borrar
blanca castillo
Historias para ponerse en su piel

Historias para ponerse en su piel

La xenofobia a la que se enfrentan aquí Steve, Cristian, Mikel y Filomena es más sutil que la brutalidad que mató a George Floyd. Pero también asfixia

Sábado, 13 de junio 2020, 00:25

Empatizar, ponerse en la piel del otro suena bien, demasiado bien. Pero, a veces, resulta imposible. El asesinato de George Floyd ha generado una ola antirracista global que ha desbordado a la sociedad estadounidense donde, cada vez más voces, coinciden en diagnosticar un racismo inoculado ... en lo más hondo del sistema. El mensaje ha calado también en nuestra realidad más próxima. Aquí mismo, en Vitoria, el pasado sábado se convocó una concentración de repulsa a la que se sumaron cientos de personas. Entre los carteles, entre las soflamas, entre los gritos de profundo hartazgo, se coló una realidad incómoda. Por mucho que creamos haber construido una sociedad igualitaria y plural, muchos, demasiados, todavía se encuentran con recelos, con miradas, con un racismo que no te clava la rodilla en el cuello, pero que también llega a asfixiar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Historias para ponerse en su piel