Al hilo del movimiento

Esto es lo que la alavesa Sonia Estévez ha hecho en proyectos como 'Hoy es sólo para ti', 'Abiadura' o 'Igualdad en el trabajo', donde un formato similar a un videojuego retrataba al nada deportivo mundo laboral para hombres y mujeres. Y la situación femenina en el marco contemporáneo es el elemento central de 'Txotxongiloa', que producen actualmente los estudios Tik Tak. «Es un corto tragicómico sobre la libertad de la mujer en la sociedad actual», resume la autora.

Está en plena producción, algo que la naturaleza de la animación permite llevar adelante incluso con el personal confinado. «Se ha parado el mundo, pero no la animación», apunta. Pero no ha sido fácil.

«Acabas de emprender y, al año siguiente, te cae una pandemia encima. El año pasado nos hemos mantenido, por así decirlo, y ahora vuelven cosas aplazadas en el pasado o cursos, porque damos formación también», expone Estévez que, a su vez, pule sus conocimientos con los especialistas de los estudios Aardman ('¡Piratas!' o 'La oveja Shaun').

Lo cierto es que ella dio sus primeros pasos en otros ámbitos, ya que «estudié Forestal y Química Ambiental». Después de trabajar para diversas empresas, se quedó en paro y decidió ir hacia esas cosas que siempre le habían gustado, como pintar, dibujar y hacer maquetas. Se formó en Barcelona y en Artes y Oficios y en su trayectoria suma películas donde los protagonistas suelen estar hechos con materiales reciclados y con texturas de cartón, madera o lana. Muy orgánicos

Como la alegoría de Rafael Sánchez Ferlosio sobre la libertad, «la de las cuerdas de la marioneta: cuantas más, más libertad». Esta idea formó parte durante bastante tiempo de la amplia colección de libretas donde la animadora anota «experiencias de vida» y cuestiones diversas. Finalmente, saltó a la producción.

«Hoy tienes que tener cuidado, porque te puedes terminar enredando en tantas cuerdas», matiza Estévez. Y propone una pieza con un triple punto de vista, «feminista, educativo y social. Que no sea panflatario, sino una invitación a la reflexión», explica cerca de la muñeca articulada de madera que es la 'Marioneta'.

En el estudio, unos monstruitos de colores, «como bolitas con patas y sombreros» acompañan a la protagonista, cuya personalidad también reflejan desde diferentes prismas. El escenario, enladrillado, es como una habitación que representa al interior de una mujer «y se le van añadiendo cuerdas, como el género, el cuerpo o el mito de Sísifo, subiéndose a sí misma por una montaña». Una y otra vez.

Afortunadamente, estos actores no repiten ese bucle, ya que nunca fallan una toma. Pero cada proyecto audiovisual supone un gran esfuerzo para su financiación. En este sentido, aunque 'Txotxongiloa' ya tiene apoyos del Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación alavesa o Fundación Vital, su autora buscará financiación próximamente mediante un crowdfunding en la plataforma Goteo, sin dejar de tocar puertas privadas a las que la pandemia ha hecho más complicado llamar.

La idea es presentar el cortometraje «para generar debate», junto a un 'making of' y una muestra de maquetas, personajes y decorados. Y también mover la «conferencia bailada» 'Pecho, pito, palma' sobre las raíces africanas del flamenco, con la bailaora Askoa Etxebarrieta, La Pulga (presentada en marzo en el Artium). Esto es mucho más que queso, Gromit.