Gari, vocalista y guitarra, con su Fender Jaguar durante el concierto FOTOS DE IGOR MARTÍN

Hertzainak bajaron el telón en un día de fiesta

La banda consiguió que su concierto final sumara 11.500 asistentes y muchos artistas invitados en toda una celebración de la Vitoria ochentera

Sábado, 7 de enero 2023, 00:18

La capital alavesa ha sido el marco para el principio y el fin, el alfa y el omega. Y esto último es lo que marca el reloj, sin buscar publicidades de cronógrafos de alta gama. Pero el tiempo es algo fundamental, especialmente en este caso. ... No en vano cuando Hertzainak dicen 'agur' hace ya tres décadas que la banda no existe como tal.

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Pero sus integrantes han hecho otras cosas, como los discos en solitario del vocalista Gari o su grupo Maldanbera. Sin embargo, nunca han llegado a aquellas alturas. Y es que la sombra de la 'banda madre' es tan densa y alargada como para tapar otras propuestas y, sobre todo, para permanecer en los oídos, el ánimo, el recuerdo y los momentos vitales de más de una y hasta de dos generaciones.

Desde luego, voces con soleras muy diversas deseaban entonar 'Aitormena', 'Eh txo!', 'Pakean utzi arte' o 'Si vis pacem, parabellum'. Y pies de muy distinto calzado deseaban botar con 'Ta zer ez da berdin' o 'Rock and rolla batzokian'. Por supuesto, lo hicieron y muy a gusto, junto a muchísimos otros a los que el roscón lastraba, en principio, su ánimo danzante.

Era lo suyo, desde luego. A partir de aquella etiqueta del rock radical vasco, cuando Euskadi aspiraba a vestirse de trópìco, ritmo, ska y reggae, las canciones de Hertzainak han puesto su marca en muchos aficionados. Y en un buen número de músicos, como recordaban algunos discípulos de 'los Police vascos', una denominación que resaltaba más de uno.

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Pero la oferta que hizo volar las 11.500 localidades en venta anticipada era de las que no se podían rechazar. Además de que se iba a bajar el último telón de Hertzainak, Iñigo Etxezarreta (ETS), Joseba Irazoki, Dupla, Iñaki Viñaspre, Ruper Ordorika, Mikel Urdangarin, Manex Agirre, Peru Abarrategi, Xabi Igoa, Paula Amilburu, Juantxo Arakama (Glaukoma) Jon Basaguren (Pasadena), Oihane Perea o Miren Narbaiza (MICE) eran algunos de los invitados. Y había muchas ganas, pero poca comodidad en la carpa donde el espacio personal era una utopía.

Los músicos –Ruper Orrdorika y Joseba Irazoki con 'Ez da posible', Dupla con potente sonido urbano y Arkarazo con un impresionante 'flow' y hasta reguetón– y los bertsolaris finalistas del Arabako Bertsolari Txapelketa crearon un clima inmejorable para recibir a los protagonistas del día, que no eran los Reyes Magos. Junto a Gari y Josu Zabala, que en 2019 revivieron el espíritu de la banda en varios conciertos, el batería Txanpi y otros cómplices como Bingen Mendizabal en las teclas, Miguel Moyano en las seis cuerdas o el bajista Oier Aldekoa fueron el motor de la noche. Arrancaron hacia las 22.16 horas y con sonido potente y rockero, que mantuvieron en muchos casos.

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Eso sin contar la potencia añadida, el turbo de las secciones de cuerdas y vientos, que lo mismo elevaba el empaque del grupo en su vertiente más rockera que arropaba a los protagonistas en momentos más emotivos, como 'Ispiluaren aurrean'. El sonido, en su conjunto, ofreció muy buena calidad, tanto en lo más folk como en ska, rock o 'Guantanamera'.

Pero este broche final del ciclo 'Azkena gure alde' abierto en el BEC vizcaíno tiene un escenario insustituible. Vitoria-Gasteiz era todo un hervidero cultural, que volvió a impregnarse de poesía, música o miradas artísticas. Una gran fiesta que arrancó desde la mañana en el Casco Viejo y que viajó por la tarde hasta la explanada del Oeste de la ciudad.

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Asistieron políticos como el alcalde Urtaran o artistas como el cineasta Paul Urkijo y el músico y fotógrafo Julio Rokero. También hubo muy diversos momentazos,pero la emoción subió como un cohete cuando se revivió el vínculo de Hertzainak con Tito Aldama, a quien los integrantes del grupo ya homenajearon hace una década. El saxofonista es, sin duda, una huella imborrable en el recuerdo. Como lo serán desde ahora el grupo y la jornada de ayer. El concierto se prolongó más de dos horas con cuatro bises.

Una despedida coral desde el Casco Viejo hasta Mendizabala

El vermú del día de Reyes en el Casco Medieval fue especial y estuvo lleno de emociones. Y es que el aperitivo lo sirvieron Txalainak con sus versiones en la plaza del Machete, donde se concentraron muchas ganas de festejar la jornada. Pero también fue punto de encuentro para mucha gente que ya no sale tanto como hace décadas o para jóvenes con ganas de fiesta, para cuadrillas veteranas o de breve trayectoria. La gente lo disfrutó y contribuyó a dar color y calor a una despedida que tuvo ese carácter coral que reclamaba para la ocasión el cantante Iñaki Garitaonaindia. Muy lejos de aquella reunión de Sex Pistols que autobautizaron 'La Gira del Lucro Indecente'.

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