Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Hace unos años nadie hubiera imaginado que el Capitolio, ese formidable edificio que representa el poder político de la primera potencia del mundo, podía ser tomado al asalto por una pandilla de tarados, embutidos en disfraces de chirigota de Cádiz y jaleados por el presidente ... saliente.
En las películas de Wesley Snipes o Steven Seagal siempre había comandos profesionales con armas sofisticadas y con artefactos de destrucción masiva que intentaban golpes de estado y secuestros de las instituciones. Y siempre se topaban con un exmarine o un 'seal' que les aguaba la fiesta con el palo de una escoba, un cuchillo de trinchar, un microondas y su pericia para repartir hondonadas de obleas.
Hoy sabemos que esta realidad distópica en que habitamos supera con creces la ficción, y que cualquier cosa puede suceder en el mundo bajo el palio de la luz crepuscular. Lo que nadie hubiera podido atisbar es que un hatajo de paletos, con cabezas de bisonte y banderolas de barras y estrellas, hubiera acabado ocupando y desvalijando los salones del Capitolio de Washington sin que la democracia americana fuera capaz de defenderse.
Para vergüenza de los Estados Unidos de América, vimos en los vídeos del saqueo cómo uno de los ocupantes se llevaba un atril a cuestas, otro un ordenador o un cuadro bajo el brazo, sin que la colosal seguridad del gigante norteamericano, diseñada para guerrear fuera de casa, fuera capaz de proteger el sanctasanctórum de la democracia occidental.
En el siglo pasado siempre pensamos que estas asonadas sólo ocurrían en España o en países bananeros y de chichinabo. Pero hoy sabemos con certeza que si el teniente coronel Tejero lo hubiera intuido, en vez de tomar el Congreso el 23-F, hubiera tomado el Capitolio de 'Guasintón' con dos cojones y la bandera de Tafalla, visto lo fácil que resulta entrar y atrincherarse dentro.
A miles de kilómetros de la capital federal norteamericana, un año después de estos sucesos, en una aldea vasca en los confines del imperio, una magra columna de infantería juvenil salió en cuadrilla para proceder a la toma del Ayuntamiento de Hernani. Una vez en el interior del recinto municipal, se atrincheraron y exigieron una serie de condiciones para deponer su actitud. Pero no se equivoquen, no reclamaban la invalidación de unas elecciones democráticas como sus émulos norteamericanos, ¡no! Demandaban, no se lo pierdan, una licencia para montar una caseta y expender bebidas alcohólicas durante la celebración de los 'sanjuanes' en el pueblo.
La diferencia entre Hernani y Washington D.C. dice mucho del estilo y del rigor de nuestros okupas juveniles, que no se permitieron la mínima licencia indumentaria: ni disfraces de zanpantzar, ni cabezas de jabalí o de gargantúa. Antes bien, la iconografía y la bizarría mostrada por los activistas en la toma del Ayuntamiento sorprendió por el 'look' inquietante de que hicieron gala: gesto adusto, orden militar y marcialidad. La disposición geométrica para el posado en la foto y los rostros hieráticos recordaban más a la simetría de un desfile norcoreano al gusto de Kim Jong-un, que el viejo estilo de las algaradas callejeras y las caóticas ocupaciones del pasado, molotov en ristre.
En honor a la verdad, resaltemos que esta muchachada combativa de Hernani no sólo asaltó el Ayuntamiento una mañana, abandonándolo sin causar daños ni latrocinio alguno en la sede municipal, sino que al día siguiente levantaron una txosna en mitad del pueblo. Como pueden suponer, la instalación erigida carecía de la preceptiva licencia municipal de ocupación de la vía pública pero, eso sí, brindaba una amplia oferta hostelera en la que destacaban el pintxo-pote y la degustación de cerveza junto a otras actividades variopintas. No fue óbice ni cortapisa que todo sucediera bajo la atenta observación de una patrulla de agentes municipales que practicaron el viejo principio del liberalismo moderno del 'laissez faire' o el más vernáculo de hacer la vista gorda.
Tienen toda la razón quienes afirman que este es un país de camareros en el que cualquiera está preparado para servir unos katxis o unos kalimotxos, pero a nadie se le ocurre montarse un 'crowdfunding' con alguna actividad creativa que no se limite a la ingesta oral. Que hay mejores caminos hacia el socialismo utópico que el de propiciar el entumecimiento de la juventud hasta las trancas de alcohol.
Un dirigente político señaló hace muchos años que con el dinero de las txosnas se sufragaba entonces la gasolina de la kale borroka. Lo dijo Fernando Buesa, sin ir más lejos, provocando entonces con su denuncia una crisis política en las instituciones alavesas que hizo saltar por los aires un acuerdo de los socialistas con el PNV. Pues bien, hoy sabemos que con el pintxo-pote y la degustación de Hernani pretenden sufragarse los costes de la intendencia de la anhelada revolución marxista estalinista.
Porque, al igual que la fundación de Vox fue una reacción de los ultras ante la «derechita cobarde» del PP, Abascal dixit, los GKS –acrónimo de los okupas del ayuntamiento de Hernani– serían la respuesta a los 'abertzalitos cobardes' de Bildu y Sortu que se han aburguesado y pactan en Madrid con el Estado opresor. Tesis y antítesis, como postulaban los clásicos.
Qué diría el barbudo de Marx si levantara la cabeza y viera que para ser comunista en el siglo XXI hay que montar barracas en las fiestas de los pueblos para financiar las actividades políticas o que para movilizar a las masas juveniles habría que emborracharlas primero. Y es que una cosa es explicar cómo se toma el cielo por asalto, y otra bien diferente pretender llevarlo a cabo sin fondos para pancartas ni para visitas de hermanamiento a Corea del Norte o al Donbás ruso. Que hay que ver al precio que están los espráis de pintura para grafitear la 'Z' en los batzokis del PNV, aunque los pilles en el 'txino'. Como para pagarlos a escote los del talde.
Qué cosas tiene la vida. Quién iba a decirnos que Hernani y 'Guasintón' compartirían acomodo en la historia, hermanándose a un lado y al otro del Atlántico. Dos asaltos, dos villas y una unidad de destino en lo universal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.