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Una ronda rutinaria de una patrulla del Seprona de Burgos, que circulaba en tránsito por la comarca alavesa de Valdegovía hacia la burgalesa de San Zadornil, terminó con la incautación de dos detectores, una azadilla y abundante material arqueológico, valorado entre 955 y 1396 euros. ... Los agentes observaron a un hombre, A.E.R., de 51 años, que provisto de una azada y ayudado por un detector de metales practicaba excavaciones en una finca dedicada a cultivo en las inmediaciones de Espejo.
Ante la sospecha de que estuviera realizando prospecciones irregulares para localizar piezas arqueológicas los agentes se acercaron al lugar y confirmaron la existencia de ocho hoyos recién practicados y otros muchos menos recientes. También verificaron que además portaba un segundo detector de metales de mano y, en el bolsillo del sospechoso, hallaron 7 monedas, 3 botones, 2 proyectiles y 9 fragmentos indeterminados de metal, todos de notoria antigüedad y cubiertos de tierra compatible con la del terreno.
En su vehículo localizaron también dos bolsas de plástico que contenían 84 objetos metálicos de distinta índole y en una mochila otras 12 monedas presentadas en cápsulas de plástico y cartón perfectamente catalogadas. Los agentes del Seprona intervinieron todo el material junto con las herramientas, un archivador y una publicación con información sobre yacimientos y lo remitió para su estudio al Museo Arqueológico de Álava Bibat.
El informe pericial del museo determinó que el valor económico de los objetos decomisados oscila entre 955 y 1396 euros. Aunque en el caso de un denario de plata, el valor de unos 100 o 150 euros «se podría multiplicar por 2 o 3, ya que es la única pieza del periodo republicano romano que se conserva en Álava».
Entre el material que tenía en su vehículo, consta una fíbula y varios alfileres de la Edad del Hierro, aunque fue sorprendido junto a una zona catalogada de época romana. Por ello, los expertos estiman que el presunto expoliador «pudo haber actuado también en algún yacimiento protegido de la Edad del Hierro» ya que materiales similares sólo se han encontrado en dos yacimientos cercanos de esa época. El individuo ha sido investigado por la Guardia Civil como presunto autor de un delito sobre el Patrimonio Histórico por expolio de piezas arqueológicas, por lo que se enfrenta a posibles sanciones que aplicadas en su grado máximo podrían suponer hasta 24 meses de multa y 3 años de prisión.
El estudio indica que aunque no hubiera intervenido en una zona arqueológica protegida, debería haber notificado el hallazgo al Museo de Arqueología de Álava o, en su caso, si hubiera habido peligro de desaparición de las piezas, haber entregado el material en el Museo. Al no haber procedido así, «ha incumplido la ley y ha podido eliminar para siempre toda la información histórico- arqueológica asociada a los hallazgos».
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