José Barreira | Empresario

«Guardemos el pañuelo de las lágrimas, las cosas van bien en el sector hotelero»

– ¿Qué balance extrae del verano?

– Ha ido bien. Igual no tan bien como esperábamos en un principio, pero bien. Creo que en el sector hotelero ha llegado el momento de guardar el pañuelo de las lágrimas y empezar a sonreír un poco. Hay mucho que mejorar, pero después de todo lo que hemos llorado en la pandemia creo que las cosas van satisfactoriamente bien.

– ¿Espera más mejoría a lo largo de otoño e invierno?

– Sí, espero una mejoría. Hay un fenómeno que nos está viniendo muy bien, que es el turismo interno del país, que ha cambiado mucho a raíz de la pandemia. La gente se ha dado cuenta de que por mucho dinero que tenga guardado, si no puede disfrutarlo no sirve de nada. Y eso ha hecho que la gente viaje más.

– Tiene el hotel más distinguido de la ciudad. ¿Cómo se sigue innovando cuando uno ya se ha hecho un nombre?

– Los hoteles no debemos un poco al mercado y al cliente, que son quienes nos dicen el camino a seguir. Ahora mismo, por ejemplo, los grupos es un mercado que está en auge y que tenemos que aprovechar. Hay que adaptarse a ello.

– ¿Le ve atractivo turístico a Vitoria?

– Por supuesto. Vitoria tiene su atractivo y hemos mejorado mucho. Queremos más, pero Vitoria tiene mucha cosas que antes no tenía. Tenemos un equipo en Primera, un baloncesto arriba, varios eventos que no llenan los hoteles a lo largo del año... Eso no existía cuando abrí el hotel. Estamos bien posicionados.

– Si pudiese mejorar una cosa de estrategia turística de la ciudad... ¿qué sería?, ¿más eventos?

– Sí. Evidentemente, cada vez que hay un evento nos viene muy bien a todos. El otro día lo tuvimos con la conferencia internacional de víctimas del terrorismo. Cada vez que hay algo nos viene bien.

– ¿Qué percepción tiene del comercio local?

– Me gustaría que hubiese más comercio en Vitoria. Me gustaría tener un centro más vivo: de tiendas, de bares, de todo. Creo, sinceramente que necesitamos darle un empujón al centro de Vitoria. Deberíamos darle una pensada.

– Conoce bien la logística: ha invertido, el Ruta de Europa es parada obligatoria para muchos transportistas... ¿Qué opina del auge de este sector en Álava?

– El enclave alavés es fantástico para la logística. Desde Vitoria somos capaces de dar suministros a cuatro millones de personas en menos de una hora y cuarto en camión. Si hacemos un repaso de todas las empresas de logísticas y plataformas de distribución que tenemos... Vendrán más. Había un mito de que la logística consumía mucho espacio y generaba poco empleo.

– ¿Por qué «mito»?

– Porque no es verdad. Que le pregunten a Mercadona cuántos empleados tiene. O a Lidl. O a cualquiera de ellos. La logística es un muy buen atractivo para Álava. Tenemos que seguir apostando por ella y teniendo terreno disponible para que vengan más empresas.

– ¿Cuánto le preocupa la escasez de suelo industrial?

– Es algo que nos preocupa a los empresarios. Le preocupa también a la Administración. De hecho, creo que están en ello y están yendo por buen camino. No podemos quedarnos sin suelo; es uno de nuestro atractivos. Las empresas, cuando llegan no pueden esperar a que se les genere un suelo. Aquí creo que hay una buena alineación entre la Administración y el mundo empresarial.

– En el mundo empresarial se oye muchas veces que la imagen del empresario se ha deteriorado. ¿Comparte esa sensación?

– Creo que habría que darle más valor al empresario, pero eso no es algo que nos pille de sorpresa. Las redes sociales opinan de todo y está bien que sea así. Pero tampoco creo que tengamos una imagen de malos malísimos. Al final, una sociedad tiene que tener empresarios. Si no hay empresas, no crecemos.

– ¿Es de los que opina que los jóvenes ya no quieren emprender?

– No estoy de acuerdo. Sí emprenden, lo que pasa es que de otra manera. Antes cuando el hijo de la vecina montaba un bar lo veía todo el barrio. Ahora cuando ese hijo está creando un programa o una aplicación no lo ve nadie. Una cosa que digo mucho es que tenemos que invertir en formación, pero tenemos que añadir un capítulo más: invertir en equivocación.

– Explíquese

– Somos capaces de pagar un máster, subvencionar una beca... pero no somos capaces de arriesgar para que un joven monte algo. Tenemos que invertir en la equivocación de nuestros hijos; tanto los padres como la Administración. Yo he montado un negocio y he fracasado muchas veces. Fracasar no es un desprestigio. Es un aprendizaje y una experiencia muy positiva en la vida.

– ¿Nota en sus negocios la falta de mano de obra que señalan las patronales?

– La falta de mano de obra no es un problema; es una necesidad. El problema de verdad es cuando hay que hacer un ERE y despedir, cuando sobra gente para contratar. Para atraer inmigrantes tenemos que resolver el problema de la vivienda. Tenemos que unir lo público y lo privado. No sé cuáles son las fórmulas, pero tenemos que resolverlo, tenemos que tener viviendas dignas.

– ¿Qué soluciones ve usted?

– Los empresarios tendríamos también que mover ficha y facilitar vivienda en la medida de nuestras posibilidades. Incentivos fiscales para la vivienda, más vivienda pública... no lo sé. Y acoger con los brazos abiertos: el inmigrante no nos quita nada; nos trae todo lo que necesitamos.