El edificio carece de cubierta y la mayoría de las ventanas están rotas. Blanca castillo

El grupo Carraovejas convertirá en hotel un palacete en ruinas de Leza

La casa del siglo XVI solo conserva sus paredes exteriores y quedará reservada para quienes visiten la bodega que ahora está reformándose

Viernes, 7 de enero 2022, 00:42

Justo enfrente del Ayuntamiento riojanoalavés de Leza y la iglesia de San Martín aguanta en pie una casona de piedra de principios del siglo XVI. Hace un tiempo que su techo se hundió, pero sus paredes todavía conservan una nobleza que lleva a que los ... vecinos locales lo cataloguen como un palacio. La firma Alma Carraovejas seguramente percibió ese señorío y la compró hace un año con el objetivo de convertirla en un exclusivo hotel con una decena de habitaciones para quienes se acerquen a visitar la bodega que este grupo original de Peñafiel (Valladolid) restaura en estos momentos a los pies de la Sierra de Cantabria.

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Pedro Ruiz, que dirige Alma Carraovejas, relata a EL CORREO que hace años en una visita a Rioja Alavesa empezó a «soñar» con adquirir «algún día» este edificio que lleva demasiado tiempo abandonado y en ruinas. La ilusión se tornó en realidad en 2021 y ahora se está realizando una investigación a través de la Fundación Cultura Líquida, una entidad que forma parte del mismo grupo y que se dedica a preservar el patrimonio ligado al vino. El objetivo es descubrir quiénes han sido los propietarios de este palacete durante sus cinco siglos de historia y así obtener «información contrastada sobre su importancia en la villa». ¿Para qué? Ese contexto servirá para reivindicar la importancia y el encanto para la también conocida como 'casona de Lorenzo', uno de los últimos inquilinos que se recuerdan.

Sus nuevos dueños carecen de un proyecto concreto y ni siquiera han pedido licencia al Consistorio, pero esta prestigiosa firma de Ribera del Duero avanza con paso decidido tras elegir Leza como sede para su desembarco en Rioja Alavesa tras varios intentos que finalmente no fructificaron. Justo antes de la pandemia adquirieron la antigua bodega Hermanos Laredo Villanueva, que llevaba cuatro años sin actividad, y bautizaron al nuevo proyecto como Aiurri. No quisieron perder tiempo, y pese a tener que remodelar las instalaciones, en 2020 ya recogieron su primera vendimia y no dudan en aspirar a convertirse en una «referencia en la zona».

«Desde la primera añada»

Cuando concluyan las obras en la bodega, se procederá a rescatar el palacete de las ruinas. Será un espacio exclusivo para quienes acudan a visitar las instalaciones de Carraovejas, a apenas tres minutos andando, pero no estará abierto para otra clase de turistas. Un hotel reservado a clientes muy similar al que ya dispone Bodegas Cosme Palacio en Laguardia.

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Además de contribuir a la economía de Leza, Aiurri pretende que se perciba la «realidad histórica» de este municipio de 196 habitantes y se admire un «paisaje en el que el vino es el absoluto protagonista». «Desde la primera añada se empieza a escribir este proyecto con viura y tempranillo de una de las regiones con más tradición vitícola del país», destacan los responsables de Alma Carraovejas evidentemente entusiasmados.

«Una de las zonas más maravillosas de España para elaborar vino es Rioja y más concretamente Rioja Alavesa. Es un sitio formidable. Estar en Leza es un reto para seguir aprendiendo», asegura Pedro Ruiz, quien supervisa personalmente el desarrollo de las obras de la bodega en el municipio.

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De Ribera del Duero a Rioja Alavesa pasando por Rueda y Ribeiro

Alma Carraovejas nació en Ribera del Duero, pero ya cuenta con presencia en las denominaciones de origen Rueda, bajo la marca Ossian, y Ribeiro, con la etiqueta Meín-Emilio Rojo. Su plan para extenderse a Rioja Alavesa viene de largo. Primero se interesaron en adquirir Pagos de Leza, en la carretera de Laguardia, pero las negociaciones no fructificaron y finalmente fue Bodegas de Lozano, de la Denominación de Origen La Mancha, quien cerró aquella compra. Más tarde lo intentaron con otra bodega afincada en la villa amurallada, pero la operación se torció a última hora.

Finalmente, justo antes de la explosión de la pandemia, pudieron adquirir la bodega Hermanos Laredo Villanueva, que llevaba cuatro años sin actividad en el 'corazón' del municipio de Leza.

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