Goya inicia su proceso de descontaminación con la retirada de combustible

Pese a las repetidas declaraciones por parte del gobierno de que la descontaminación de Goya iba «por el buen camino» y que el visto bueno de Lakua llegaría «en breve», no ha sido hasta este miércoles cuando se ha palpado al fin cierta actividad en la antigua estación de servicio. El trasiego de algunas máquinas y vehículos, el toldo recogido, el ruido en el interior y el exhaustivo proceso de limpieza, que impedía el acceso de cualquier peatón al existir «gases contaminantes» en el ambiente, dieron el pistoletazo de salida tras largos trámites burocráticos y de la negociación con Repsol, que comenzó en 2015.

El acuerdo entre el gobierno municipal (PNV-PSE) y la multinacional, de hecho, indicaba que el edificio pasaría a ser de propiedad municipal a cambio de otro local comercial en Salburua. Para ello, no obstante, la empresa energética acometería la descontaminación total para que Goya pudiera acoger otro uso, como una oficina de Turismo y el centro Schommer, que parecía la opción prioritaria para el equipo de gobierno.

Pese al interés rotundo que había mostrado el Ayuntamiento en convertir la antigua gasolinera en el centro fotográfico de referencia, el proyecto quedó aparcado hace tan solo un mes, cuando la concejala de Cultura, Estíbaliz Canto (PSE), reconoció que su rehabilitación se demoraría. «No renunciamos a él para nada, pero de momento va a tener que esperar», aseguró la edil socialista, quien el pasado martes reiteró que «Vitoria tiene una deuda con su fotógrafo más internacional».

El centro Schommer, además, carece de una partida específica en el recién aprobado presupuesto para el presente año, aunque fuentes de Hacienda indicaron a este periódico que tiene una asignación incluida en el epígrafe 'Masterplan, plan de reactivación', cuya dotación total es de 200.000 euros.