González pide a los alcaldes «prudencia» en el gasto y que se mantenga la inversión en obras

«No va a ser del 5%, ni del 10%, ni del 15%. Seguramente va a ser más importante y, como sabéis, éste es un modelo de riesgo compartido en el que el descenso afectará a todos por igual. Va a afectar al Gobierno vasco, a la Diputación y a las entidades locales», indicó González en la reunión telemática. El diputado general no afinó más en el dato. Argumentó que aún hay «varios elementos sobre los que no tenemos información suficiente para hacer un cálculo certero». Sin embargo, el presidente del PNV en el territorio, José Antonio Suso, presente como regidor de Leza, fue más preciso. «Entiendo que el diputado general no nos traslade qué descenso va a haber porque es muy difícil saberlo pero yo, por ejemplo, le he trasladado al secretario del Ayuntamiento para trabajar con una caída del 20%», comentó Suso, un mandatario que no acostumbra a dar puntada sin hilo.

El máximo dirigente foral instó a los alcaldes a que hicieran un estudio pormenorizado de los presupuestos para clasificar las partidas entre «urgentes, aplazables y prescindibles». Eso sí, sin dejar a un lado la prestación de servicios de competencia local. «Cada uno sabrá responder a las necesidades de su municipio», confió González al tiempo que recalcaba una vez más que la prioridad actual es la salud de las personas, «pero no hay que perder de vista la economía de un territorio cuyo PIB (Producto Interior Bruto) depende en un 32% de la producción industrial».

Porque el efecto que puede tener la crisis sanitaria a la economía de países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos también puede tener consecuencias en la provincia. «Son grandes clientes de los principales productos que se exportan desde Álava. Hablamos de automóviles, sector aeronáutico, de los tubos o productos como el vino. La tardanza en la recuperación de esas economías supondrá una dificultad para la producción, la exportación y el mantenimiento del empleo y, por lo tanto, la recaudación», avisó Ramiro González.

El máximo dirigente foral dijo haber aprendido de los errores que se cometieron en la anterior crisis económica, la de 2008. «La obra pública sufrió muchísimo y eso provocó que muchas empresas y puestos de empleo desapareciesen. La Diputación va a procurar, en la medida de sus posibilidades presupuestarias, tener obra pública porque es mantener actividad económica», apuntó.

No sólo eso. Si bien antes de la reunión algunos alcaldes, sobre todo de municipios pequeños, habían mostrado su desconfianza por la posible creación de un fondo de ajuste solidario (como el Fepel), el gobernante peneuvista descartó esta posibilidad. «No estamos en la misma situación de hace diez años. Entonces fue la herramienta para reaccionar ante una crisis que surge en el mes de octubre. Ahora estamos a principios de año y da tiempo a reaccionar a la Diputación y el conjunto de los municipios», aseguró.

La reunión no sirvió tan sólo para escuchar al diputado general, sino que fue también un altavoz para 18 alcaldes. Entre los regidores jeltzales encontró el respaldo al trabajo realizado durante estas últimas semanas. No faltó el apoyo de Suso, que felició a la Diputación «por la labor que está haciendo en materia sociosanitaria. Nadie podía planificar esta situación, nadie pudo ver lo que venía».

Sobre todo los alcaldes de Zuia (Unai Gutiérrez), Alegría (Joseba Koldo Garitagoitia) y Zambrana (Aitor Abecia) se convirtieron en emisores del descontento. «Sé que gestionar este tipo de situaciones es complicado, pero creo que este encuentro tenía que haberse convocado mucho antes, desde que se decretó el estado de alarma ha habido tiempo suficiente para poner sobre la mesa todos los problemas que hay», reclamó Garitagoitia.

«El que asegura que todo lo hace bien no dice la verdad. Todas las decisiones que tomamos consisten en optar entre varias alternativas y seguro que en algunas ocasiones las cosas se pueden hacer de otra manera. Pero les tengo que asegurar que nos estamos dejando la piel por afrontar esta situación que es durísima sobre todo en el ámbito sociosanitario», destacó el diputado general. De hecho, según los datos aportados a los regidores, la Administración foral ha gastado 1,5 millones en equipos de protección individual (los ya conocidos como EPI) -500.000 euros más que hace una semana- y que se han firmado 550 contratos con internos, 115 más de los anunciados.

Su intervención fue la más crítica que se escuchó en la reunión. «Sé que gestionar este tipo de situaciones es complicado, pero creo que este encuentro tenía que haberse convocado mucho antes, desde que se decretó el estado de alarma ha habido tiempo», reclamó.

Para Unai Gutiérrez, el problema no se ciñe en esta situación concreta, sino a un modelo centralizado en Vitoria y lejano a la zona rural. «Los servicios sociales se han visto desbordados», afirmó en un balance sobre la gestión de la crisis sanitaria que consideró «preocupante».

No fue el único que planteó su preocupación por el sector hostelero y comercial, pero Lucio Castañeda lo hizo preocupado por ser regidor de uno de los grandes reclamos turísticos de la provincia. Reclamó a Ramiro González más medidas para autónomos y microempresas.

José Antonio Suso estaba convocado como alcalde de Leza, pero su voz inevitablemente resonó como presidente del PNV alavés. «Felicitó a la Diputación por la labor que está haciendo en materia sociosanitaria. Nadie podía planificar esta situación, nadie pudo ver lo que venía», apuntó.

Aitor Abecia es uno de los alcaldes más veteranos del territorio y el discurso de Ramiro González le recordó a los que oyó en 2009. «Sé que todavía es pronto, pero le invito al diputado general que la toma de decisiones sea compartida por todas las entidades locales», reclamó.

La vista del alcalde de Artziniega no se centró al presente, sino a lo que vendrá después. Reclamó a la Diputación y al Gobierno vasco que doten de fondos a las ayudas de emergencia social (AES). «Sino vamos a llegar a octubre sin poder cubrir necesidades básicas».

Navaridas maneja un presupuesto que tiene el Fofel como principal vía de ingresos. Así que su pregunta sobre qué hacer con las partidas que se ahorre este año interesó a muchos otros. La diputada Irma Basterra aclaró que ese dinero se podrá reutilizar en próximos ejercicios.

González reclamó a los alcaldes que mantengan un férreo control de lo que están gastando para combatir el virus por si en el futuro se da la posibilidad de incurrir en deuda. «¿Qué podemos incluir? Aquí hemos tenido que suspender contratos por el Covid-19», preguntó Añibarro.

«Nos movemos entre mucha incertidumbre», reconoció Josune Irabien. Ella solicitó a la Administración foral que comunique lo antes posible en qué medida se verá recortada su aportación a los presupuestos municipales para saber en qué medida hay que ajustar el gasto.