En el barrio de Sansomendi
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En el barrio de Sansomendi
'El Goliath', exboxeador de Vitoria, grave tras incendiarse su piso«Hemos oído como una explosión. Ha sido en la casa de 'Goli'». Nadie en la calle Antonio Machado de Vitoria se explicaba ayer domingo cómo pudo arder el piso de uno de sus vecinos más queridos. Se trata de Ángel Díez, 'El Goliath', ... boxeador profesional entre 1988 y 1992 con un balance de ocho victorias y catorce derrotas. Permanece ingresado en el hospital vizcaíno de Cruces a causa de sus gravísimas quemaduras en cabeza, brazos, manos y pecho.
Como adelantó la web de EL CORREO, las llamas y el humo se detectaron sobre las 12.30 horas. A partir de ahí hubo momentos de enorme tensión, con los habitantes del número 46 huyendo a la carrera y un despliegue inusual de la Ertzaintza, Policía Local, bomberos y de hasta tres ambulancias.
Ángel Díez, alias 'El Goliath', se llevó la peor parte. Probablemente le salvaron de una muerte horrible los ertzainas que subieron hasta su hogar, un sexto piso, desafiando la humareda. Le sacaron en brazos, bajaron por la escalera y, ya a salvo en un banco, le cuidaron hasta la llegada de los sanitarios, quienes le aplicaron vendajes especiales para grandes quemados antes de trasladarle al hospital vizcaíno de Cruces, donde permanece ingresado.
'Goli' fue boxeador profesional entre finales de los ochenta y principios de los 90. Este antiguo peso welter debutó ante el campeonísimo Javier Castillejo el 22 de julio de 1988 en Madrid. Perdió a los puntos. Todos en este extremo de Sansomendi le recuerdan por aquel pasado deportivo.
En la actualidad, con una discapacidad acreditada probablemente consecuencia de su pasado pugilístico, se emplea como repartidor los días laborables. Mientras que los fines de semana se saca un extra en la factoría de Mercedes. «Es un tío currante, que no se mete con nadie», le piropeó Rafa, vecino del tercero y «muy preocupado» por su estado de salud.
Este habitante salió al exterior en pijama y batín, prueba de la urgencia extrema generada por este siniestro. «Algo ha explotado. Una movida. He escuchado como un 'poum' y enseguida se ha quemado todo», expresó. Media docena de agentes y bomberos necesitaron atención médica por la inhalación de humo. Al menos un par de residentes también fueron atendidos por los médicos y enfermeros. El más afectado fue el vecino de puerta de 'El Goliath', quien caminó por su propio pie aunque ayudado con una máscara de oxígeno.
El joven Cuesta, residente en la cuarta planta y «presidente» de la comunidad, salió al rellano al percatarse del peligro que se cernía un par de plantas por arriba. «He llamado a la puerta a todos los vecinos que he podido y les he dicho: 'para afuera'. Ha habido mucho miedo», reconoció.
La virulencia del incendio alcanzó tal magnitud que los bomberos confinaron a los habitantes de los pisos superiores, mientras atacaron el fuego con un camión escala desde el cercano colegio de secundaria. Rafa fue de los últimos en bajar. «Debido al humo me tuve que quedar en casa atrapado hasta que me llamó la Ertzaintza porque me vieron en la ventana», señaló.
En su precipitado descenso, este vecino vestido con ropa de casa coincidió con los agentes que cargaban al herido. «Intenté ayudarles y me dijeron que no, que bajara ya. Se lo han llevado grave. Le he visto de cerca y buahh». Ahí, Rafa se quedó sin palabras.
El olor a quemado era perceptible varias manzanas a la redonda. Los bomberos necesitaron hora y media para extinguir las llamas. Hasta cuatro camiones cisterna se movilizaron. «Ha habido mucho fuego y difícil de manejar», precisaron desde el Departamento municipal de Seguridad. El domicilio quedó destrozado. Una marca oscura en el balcón, a causa de la fuerza del fuego y la humareda, era la prueba fehaciente de lo ocurrido en este edificio, que ya sufrió un accidente similar. «Fue hace diez años, en el segundo piso», dijo Cuesta.
Se desconocen por el momento las causas de este incidente, que generó gran preocupación en este barrio con alma propia. Los sanitarios estuvieron alrededor de media hora con 'Goli'. Le vendaron con mimo ante la atenta mirada de un centenar de personas, todos conocidos del exboxeador. Cuando le subieron a la camilla, él levantó un brazo, como en sus combates.
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