En plena crisis de ventas, el Gobierno vasco vuelve a acudir al rescate del sector vinícola. El Ejecutivo ha concedido otros 5,6 millones de euros a las empresas vinícolas. En este caso, las ayudas no llegan para medidas como la cosecha en verde o ... la destilación, sino para incentivar las inversiones en sus instalaciones.
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La resolución, después de una corrección de errores, se publicó esta semana en el Boletín Oficial del País Vasco. El programa de subsidios buscaba en esta ocasión promover mejoras en las bodegas. Fuentes del Departamento de Agricultura señalan que la convocatoria ampara «inversiones de tipos muy diferentes: desde construcción de obra civil (en bodegas nuevas o ampliaciones), hasta maquinaria variada». Entre los ejemplos de esa maquinaria, productos como cubas, embotelladoras o barricas de madera.
Entre los beneficiados, igual que en otras ocasiones, destacan conocidas firmas de la comarca. Es el caso de Muga, que es la compañía del sector que más ha recibido: más de 1,5 millones de euros para financiar una inversión de casi cuatro. CVNE también se queda cerca: recibe 1,4 millones, aunque su gasto es notoriamente mayor, de más de siete millones.
Entre las compañías subvencionadas también otros emblemas como Aradi, Eguren Ugarte, Barón de Ley, Artuke o Javier San Pedro. También reciben ayudas organizaciones como Araex y sociedades cooperativas.
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El desembolso público, con cargo al Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA), se centra en este año, con más de 4,3 millones de euros. Sin embargo, también incluye partidas por casi 1,3 millones que irán a cuenta de la partida europea de 2025.
Junto al vino de Rioja Alavesa, la convocatoria del Gobierno vasco también ha dado espacio a la otra bebida espirituosa típicamente alavesa: el txakoli. Aunque en este caso el grueso de las subvenciones han ido a parar a firmas vizcaínas y guipuzcoanas como Maisu o Itsasmendi, que se alzó con el premio al mejor vino blanco de 2024 en los prestigiosos premios Bacchus.
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El respaldo de esta convocatoria se suma a los 4,4 millones que el Ejecutivo ya ha concedido a las bodegas a través de las ayudas a la cosecha en verde. El programa de incentivos al arranque de uva antes de su maduración superó en julio el fiasco de 2023 y apenas dejó fuera a 84 productores, muchos de ellos con el 'no' en unas parcelas pero con subsidios en otros terrenos.
El siguiente paso pendiente son los subsidios a la destilación, que este año aspiran a repartir mucho más dinero que en 2023 cuando sólo se consumieron 2,9 de los 8 millones que tenía prespuestados el Ejecutivo vasco. Esta temporada, los requisitos europeos obligaron, de nuevo, a recortar las ayudas por litro de vino quemado. La idea de Lakua era elevar el subsidio de 92 céntimos por litro de vino tinto con una subida vinculada al IPC. Sin embargo, Agricultura se tuvo que conformar con la misma cifra que el año pasado.
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De entre las más de cincuenta bodegas que pidieron ayudas, sólo cinco se han quedado sin subsidios públicos: Estraunza, Luis Cañas, Casa Primicia, Loa y un particular. Entre las causas de quedarse sin subsidios, motivos como no alcanzar las puntuaciones mínimas para recibir las ayudas, «crear artificialmente condiciones para cumplir los criterios de admisibilidad», pedir ayuda para «gastos no subvencionables» o cuestiones como no contar con un plan de igualdad en la empresa.
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