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Los gobiernos central y vasco retoman este lunes los contactos para «agilizar» la llegada del TAV. Tras una conversación sin apenas avances el pasado 24 de marzo sobre la integración de la alta velocidad en Bilbao, el turno es ahora para Vitoria. El consejero Iñaki ... Arriola (PSE) tratará de fijar un nuevo escenario tras los últimos retrasos, que ya sitúan la llegada del tren en 2027, y la incertidumbre de su coste final, que todavía podría dispararse.
Lakua tratará de buscar fórmulas para acelerar la respuesta a las alegaciones y la aprobación del Estudio Informativo, sin el que la llegada a las capitales vascas no puede llevarse a cabo. El departamento de Transportes trasladará al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana la posibilidad de que el Gobierno vasco pueda asumir la encomienda de algunos tramos de la integración del TAV en Bilbao y Vitoria. En el caso de la capital alavesa, se trataría del nudo de Arkaute. Según apuntan desde Lakua, este paso permitiría acelerar la obra en cierta medida.
El titular de Transportes y Vivienda del Ejecutivo vasco tampoco descarta hallar «soluciones provisionales» para la llegada del TAV a Vitoria. Es decir, buscar fórmulas que faciliten la puesta en marcha del servicio de forma parcial «cuando las condiciones de los trabajos lo permitan». El consejero, no obstante, mantiene su preocupación en el factor ambiental, que se encuentra todavía pendiente de aprobación desde 2019. De hecho, achaca a esos estudios los posibles retrasos más allá de 2026 y un posible encarecimiento de la obra que está llamada a transformar la capital alavesa.
El consejero apunta que de las conclusiones de esos informes depende el coste definitivo de estos accesos, porque «no sabemos la incidencia económica que puede suponer la adopción de medidas derivadas de los informes ambientales». Las últimas estimaciones hablan de 727 millones de euros para Vitoria.
Arriola, en este sentido, asegura que desde su llegada al cargo en septiembre de 2020 ha comprobado que en las numerosas demoras sufridas (las últimas anunciadas de 2023 a 2024 y a 2026 «o inicios de 2027») influyen múltiples factores. Para empezar, los primeros plazos barajados eran erróneos. «El tiempo ha demostrado que no estaban bien calculados, que estaban hechos más con el corazón que con las posibilidades reales de las cosas», subraya.
La reunión de esta tarde, por tanto, busca definir el nuevo escenario de la integración del TAV en Vitoria, después de que los retrasos y la incertidumbre económica hayan disparado el escepticismo de la ciudadanía. El Gobierno vasco transmitirá al central que «reafirma su compromiso» con la infraestructura. Así lo han hecho también en los últimos días las diferentes instituciones, como el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava, que se mantienen en su capacidad económica y han pedido abordar «ya» el proyecto constructivo.
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