La polémica por el fin de la enseñanza en castellano en 1º de la ESO en el instituto de Laguardia a partir del próximo curso ... llegó ayer al pleno municipal. La Corporación desechó una moción del Partido Popular que pedía al Gobierno vasco «garantizar la continuidad del modelo A en el instituto, respetando la libertad de elección de las familias y la realidad sociolingüística de Rioja Alavesa». Los populares se quedaron solos con su propuesta, ya que el PNV y EH Bildu votaron en contra.
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«El panorama no es tan negro como algunas personas igual quieren vestirlo», replicó el alcalde de Laguardia, Raúl García (PNV), durante la sesión. Según explicó el regidor jeltzale, representantes del Departamento de Educación «han estado con las familias esta semana» y padres y madres salieron «encantados de la reunión». De acuerdo a su versión, Educación «se ha comprometido a prestar todos los apoyos, refuerzos, medios y recursos que existen para apoyar a cualquier persona que pueda tener complicaciones en su línea lectiva». «De hecho, le dijeron al director que soliciten todos los apoyos que necesiten ampliar, que se les va a dar», aseguró García.
La versión de los ediles del PNV colisiona con el relato de los populares. Desde la bancada conservadora, Lucas Ponce aseguró que algunas familias se han visto obligadas a buscar plaza en centros de otros municipios como Haro o Fuenmayor. El concejal censuró la «barrera lingüística» que supone cambiar a modelo D (en euskera) la enseñanza del instituto, algo que «va en contra de la realidad lingüística que tenemos en Rioja Alavesa».
«Casi el 100% de Rioja Alavesa tenemos como lengua materna el castellano y no solamente se ve en la calle, también en los colegios, en las aulas», replicó Ponce. La polémica educativa surgió cuando a comienzos de febrero, Educación confirmó a las familias que a partir de septiembre solo cursarían 1º de la ESO con el castellano como lengua vehicular los alumnos repetidores. Sin embargo, unos días más tarde sí se daba la opción de matricular a sus hijos en modelo A, pero con un aviso contradictorio en el aplicativo, en el que se informaba de que no se impartiría. El resultado final fue que solo nueve alumnos se inscribieron para el primer curso de Secundaria en castellano. La dirección del instituto pidió por carta a Educación que mantuviese la enseñanza en español.
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