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Carpetazo al proyecto del embalse de Barrón. La empresa pública de Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) desiste y no continuará con la balsa que buscaba dotar de agua a los regadíos de los Valles Alaveses. En un documento al que ha tenido ... acceso este periódico justifica su decisión en «un coste económico que desborda con mucho los términos financieros previstos y la imposibilidad de garantizar el adecuado cumplimiento de todas las condiciones contempladas en la declaración de impacto ambiental», ya que muchas «se escapan de la capacidad real de hacer de esta promotora».
El proyecto podría haber ascendido hasta los 160 millones de euros «sin incorporar los costes de las obras y otras aciones exigidas en la declaración de impacto ambiental de este proyecto» de 4,3 hectómetros cúbicos que se iba a ubicar entre Barrón (Ribera Alta) y Atiega (Añana), y que iba a afectar a cultivos y parte de la carretera A-4319. «La declaración es muy exigente en cuanto a condiciones de prevención, corrección y compensación, como no puede ser de otra manera ante la magnitud y las posibles afecciones ambientales del proyecto, tal y como se indica. Y, en este sentido, esta sociedad estatal no está en condiciones de garantizar el adecuado cumplimiento de totalidad de dichas condiciones», confiesan en la comunicación enviada al Ministerio de Transición Ecologócia que dirige la vicepresidenta Teresa Ribera, del PSOE.
Pese al sentir generalizado de que hay que mejorar los sistemas de regadío de Álava, el embalse de Barrón acumulaba críticas a todas las escalas y la Diputación se había quedado como su gran valedora. Hasta la propia viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Elena Moreno, mostró sus dudas al respecto. La 'número dos' de Iñaki Arriola (PSE) afirmó que no le «gustaba demasiado» desde un «punto de vista medioambiental».
El proyecto recibió hace justo un año el visto bueno del Gobierno de Pedro Sánchez, pese al rechazo frontal que recibía de colectivos ecologistas, grupos políticos y municipios afectados que prometieron plantar cara al embalse en las instituciones de Madrid y Bruselas. «Es una obra que no se sostiene, que corre el peligro de resultar inútil y que, sin embargo, tendrá consecuencias medioambientales enormes», señalaron en febrero de 2019 Ecologistas en Acción y Greenpeace. Un punto de vista que se sustentaba en un informe de la Fundación Nueva Cultura del Agua, que fue sufragado por la propia Diputación pese a ser la gran valedora de la balsa de Barrón.
La asociación constituida 'ad hoc' contra este proyecto, No al Embalse de Barrón, se felicita por la decisión tomada por Acuaes que pone «punto y final a la construcción del embalse de Barrón». Eso sí, admiten que existe un problema en el regadío agrícola. «Aunque se haya desestimado definitivamente la construcción del embalse de Barrón no quiere decir que no se pueda realizar el proyecto de mejora y modernización del regadío en la zona, ya que el mismo informe de viabilidad expone que existen alternativas», subraya.
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