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«Esta va a ser la definitiva», repetían este miércoles los representantes del Gobierno central, el vasco, la Diputación alavesa y los ayuntamiento de Vitoria y Bilbao. Las instituciones rubricaron por fin un acuerdo para dar pasos firmes hacia la integración soterrada de la alta ... velocidad en ambas capitales. La voluntad de las administraciones por impulsar las obras con más retraso de todo el macroproyecto ferroviario quedó rubricada por escrito, con la firma de sendos protocolos que buscan blindar la ejecución de los proyectos ante futuros vaivenes socioeconómicos.
Las fotografías y los apretones de manos reflejan la apertura de una nueva era de «máxima coordinación operativa», y el protocolo para la llegada de la alta velocidad a Vitoria sienta las bases sobre las que desarrollará la gran infraestructura. Para empezar, activa por fin la posibilidad de redactar el proyecto básico del acceso a la ciudad y del nudo de Arkaute. Se trata de un trámite que permite «establecer las condiciones básicas de las diferentes actuaciones» y «definir con mayor concreción los presupuestos estimados para su ejecución». Es decir, una aproximación a su coste real, ya que de momento sólo existen estimaciones de más de 700 millones de euros. Sin embargo, estas cifras pueden variar en función de su impacto ambiental.
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La licitación por parte de Adif del proyecto básico, similar a un anteproyecto, se producirá en los próximos meses, después de que las instituciones acordaran realizar avances administrativos de forma paralela a la aprobación del estudio informativo, atascado en un mar de alegaciones (más de 11.000) desde el verano de 2019. El recién firmado protocolo compromete a las instituciones a buscar la «máxima celeridad en la tramitación y aprobación del nuevo estudio informativo, y permitir la necesaria coordinación dentro del mismo marco temporal».
En este contexto entra la conexión con Burgos, que se licitará en el próximo mes. Así lo anunció la ministra de Transportes y Movilidad, Raquel Sánchez (PSOE), que fijó el concurso de contratación del proyecto «en el primer trimestre del año». Se trata del último tramo pendiente del TAV para su llegada a Euskadi. Además, aseguró que «ya se está ejecutando el tramo de conexión de la futura línea con la llegada de la alta velocidad a la nueva estación de Dato». Es decir, el avance del tramo de Burgos busca también espolear la definición del último trazado hacia la capital alavesa.
El protocolo sellado este miércoles también implica que el proyecto del soterramiento de Vitoria pueda dar pasos hasta que tenga el visto bueno ambiental para que comiencen las obras. Además, el documento establece que las instituciones «actualizarán» el reparto presupuestario que se pactó en 2010, que distribuía su coste en un 50% para el Gobierno central, 25% para Lakua, 15% para el Ayuntamiento de Vitoria y 10% para la Diputación alavesa.
La obra del soterramiento de la capital alavesa entraña una notable complejidad, ya que, según prevén los técnicos de ETS, se realizaría por fases y mantendría el servicio actual en sólo dos vías para después crear una estación provisional de alta velocidad soterrada. La ventaja de la intervención de Vitoria es que no tendrá que desviar el servicio a otro municipio, como sí está previsto en Bizkaia con un apeadero temporal en Basauri.
El Gobierno vasco llevaba dos años planteando al central la posibilidad de que le deje asumir las obras de la integración del TAV en Vitoria y Bilbao. Expone como mérito que, frente al menor ritmo de Adif en Álava y Bizkaia, tiene casi terminado el trazado guipuzcoano de la 'Y', donde ha adelantado una inversión que luego resta del Cupo. En este sentido, el Ejecutivo vasco podrá llevar a cabo las obras civiles de las dos integraciones, sus estaciones y el nudo de Arkaute. Esto incluye todo aquello «que no suponga afección a la explotación ferroviaria», cuya competencia recae sobre Adif.
Aunque será el consejero socialista Iñaki Arriola el que se ponga al mando de las operaciones, el PNV marcó como prioritaria la cesión en su negociación presupuestaria con Pedro Sánchez. «Llevamos muchos años para que la alta velocidad llegue, pero queremos que esta legislatura sea un punto de inflexión. Debemos mantener el impulso para este proyecto estratégico que fortalecerá nuestro desarrollo», señaló Arriola (PSE). La ministra, por su parte, aseguró que la llegada de la alta velocidad a Euskadi está «en la recta final», aunque reconoció que los proyectos «no llevan el ritmo que nos gustaría» por su «complejidad económica, técnica y ambiental».
Junto con el anteproyecto de Vitoria, la primera encomienda vizcaína será la del 'supertúnel' Zaratamo-Cantalojas. Las declaraciones de intenciones de los últimos meses han dejado paso a la firma de los documentos que certifican que los proyectos pueden empezar a cristalizar. Sería al cuarto intento. El primer convenio de colaboración se firmó en 2002, el segundo se visibilizó en 2010 y el tercero, en 2016. Los dos primeros con ministros del PSOE y el último, del PP.
Más allá de la satisfacción generalizada tras la firma del nuevo protocolo para la llegada del TAV, las administraciones alavesas pidieron «pasar de las palabras a los hechos» en el proyecto llamado a transformar Vitoria. «Está bien firmar el protocolo, pero también tener unos plazos claros», remarcó el alcalde Gorka Urtaran (PNV). «Esta ciudad persevera, y lo seguirá haciendo para que este proyecto estratégico deje de estar en la lista de tareas pendientes», dijo el regidor. Lo cierto es que la falta de un horizonte temporal definido fue el principal 'pero' que tuvo el acto. Y es que la última fecha anunciada, hace ya más de un año, fija la llegada del TAV para 2027. Desde entonces, sin embargo, apenas se habían producido avances administrativos hasta este miércoles.
«Somos una isla ferroviaria entre Europa y el resto de la península. Creo en la buena voluntad y que hay un firme compromiso por parte del Ministerio de Transportes. Hay que convertirla en hechos, y estoy convencido de que así será», señaló el diputado general, Ramiro González (PNV), quien apostó por culminar el «nodo incompleto del triángulo Arasur-Júndiz-Foronda».
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