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J. ROMERO
Domingo, 8 de septiembre 2019, 23:08
Los más rápidos en reservar o los que tienen un mejor expediente académico ya tienen abiertas las puertas de las cuatro residencias de estudiantes de Vitoria, que en total suman unas 484 plazas. Se trata de los centros mixtos Tomás Alfaro, San José, el Pilar ... y el religioso y femenino María Inmaculada, en la calle Manuel Iradier. La primera, la más grande, ya tiene llenas sus 220 plazas.
Cada año unos 70 alumnos se quedan fuera de ella. «Durante la crisis bajó el número de gente que venía y es posible que lo cambiaran por los pisos, pero ahora vuelven quienes quieren disfrutar del ambientillo de la residencia o temen acabar con malos compañeros de piso», señala Antonio Martín, su coordinador.
Las plazas se reparten en función del expediente y sus residentes disfrutan de ventajas como descuentos en viajes organizados para esquiar o hacer turismo y una sala donde practicar gimnasia. «Un gran porcentaje de los inquilinos repite, aunque durante la crisis bajó el número de estudiantes interesados», insiste Martín.
La residencia María Inmaculada es uno de los pocos centros que no suelen completarse. Apenas 35 de sus 80 plazas tienen dueña. «Hemos descartado las que no incluyen baño, las chicas no las suelen querer», señala María Carmen Armentia, hermana superiora y directora del centro. Por algo más de 600 euros las inquilinas disfrutan de pensión completa, pero su portería tiene un horario nocturno y cierra temprano a excepción de los jueves, cuando las chicas pueden disfrutar del jueves universitario hasta las 5.00.
Con pensión completa
María Angulo, del departamento de Administración de la residencia El Pilar, ve cómo se llenan sus 84 apartamentos con cocina año tras año. «Los chavales valoran tener la comodidad de un piso cuando cada vez son menos asequibles», señala.
Las 100 plazas de la residencia San José, en el paseo de las Universidades, se reparten en 73 habitaciones y, aunque en estos momentos están completas, alguna podría liberarse con traslados de expediente de última hora. «Se asignan por orden de llegada y hasta hace dos o tres años primaban las más económicas en habitaciones dobles, pero poco a poco los jóvenes se vuelven a animar a quedarse en las individuales», revela su encargado Óscar Relloso.
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