«La gente necesita disfrutar, eso choca con la norma», advierte Prieto Mendaza

«Una sociedad que pasa por una circunstancia traumática y que no ha podido hacer un determinado número de rituales de sanación, está imposibilitada para curar sus heridas», recalca. «No se ha podido socializar, abrazar, besar o reírse con libertad desde hace un año. Es profundamente doloroso. No se ha podido disfrutar del exceso de la fiesta en San Prudencio, La Blanca, navidades u Olárizu. Eso pesa muchísimo. Y más en sectores sociales como la juventud o la adolescencia. Sin olvidarnos de muchos adultos», abunda.

Esas ganas siguen a flor de piel, considera Prieto Mendaza. «Esta sociedad espera poder desquitarse cuanto antes. La segunda ola ha sido más suave en cuanto a mortalidad e ingresos en la UCI, lo que ha provocado que más personas se hayan relajado», estima.

«La gente está muy necesitada de disfrutar y eso entra en contradicción con el respeto de la norma y la prevención que hay que tener», abunda el experto vitoriano. Recuerda que en ya 1600, las Juntas Generales lidiaron con este dilema debido a la epidemia de peste. «¿Cómo compaginar deber con deseos de fiesta?»se pregunta en alto.

«En general, la gente es correcta. Siempre hay una mínima parte que se pasa todo por el forro. Pero no olvidemos que el bicho aprovecha cualquier despiste para actuar», especifica con conocimiento de causa.

Sólo que el bicho llegado de China cuenta con un aliado;el tiempo. «Cuanto más se prolongue la imposibilidad del disfrute, mayores serán las ganas de disfrutar», enfoca Prieto Mendaza. «Al paso que va la burra igual acaba la vacunación en 2023. Y el tiempo corre en contra de lo racional y lo responsable. Aparte de que los legisladores no nos están dando grandes ejemplos. El país parece un reino de taifas».