Gasteiz Antzokia, un drama de 16 años

Así han transcurrido más de tres lustros, que han visto pasar alcaldes (Maider Etxebarria es la cuarta) y han engullido más de 3,3 millones de euros solo en su construcción, sin acoger una sola obra o concierto. El último nudo ha sido el choque entre el Ayuntamiento de Vitoria y la asociación Lazarraga, elegida para gestionar el equipamiento, por la devolución de 113.000 euros, que ha provocado una ola de reproches del colectivo hacia el Consistorio por «falta de voluntad».

El rifirrafe, que ha puesto «en jaque» el proyecto según la propia asociación, llega cuando Gasteiz Antzokia parecía encontrarse en la recta final de un proceso interminable. Empezando por el propio escenario, que se proyectó en siete lugares distintos desde que la infraestructura se planteó por primera vez por el concejal de EA Antxon Belakortu. Fue allá por enero de 2008, como condición para aprobar un Presupuesto a Patxi Lazcoz. Primero fue la zona del parking de El Campillo, después los cines Guridi, el antiguo Banco de España, Montehermoso, el frontón de Escoriaza-Esquível, el jardín de Falerina...

Uno a uno, todos cayeron por los motivos más variopintos durante los mandatos de Patxi Lazcoz, Javier Maroto y Gorka Urtaran. Hubo contratiempos ya habituales en la política municipal, como la inversión, la opción de aspirar a fondos europeos en otra ubicación... pero también los hubo enrevesados. Por ejemplo, el «daño paisajístico» que suponía encajarlo en el Depósito de Aguas, tal y como señalaba un informe de la Fundación Catedral Santa María. Tampoco salvó el rechazo a derribar el frontón de Escoriaza-Esquível, o la aparición de un depósito de fuel en su jardín, que paralizó el proyecto ante lo que tardaría en descontaminarse. Era 2018, hace ya seis años. Necesitó mucho menos tiempo de lo previsto y Gasteiz Antzokia sigue sin alzar el telón.

No cabe duda de que confirmar la sede de la sala de la cultura vasca en el palacio Ruiz de Vergara (en Zapatería y Correría, con capacidad para 660 personas) supuso el principal avance para su apertura. Pero no tanto como para sacudirse el gafe. La adjudicación de las obras fue más lenta de lo previsto y los trabajos, más caros. Se encargaron por 2,6 millones de euros y después se encarecieron en 492.000 euros por una revisión de precios.

Hace ahora un año, todo parecía listo para que Gasteiz Antzokia se llenara de cultura. La única duda era si llegaría a tiempo para las pasadas elecciones municipales (en mayo) o para el nuevo mandato. De pronto afloraron innumerables carencias. Las principales eran la falta de escenario, sistemas audiovisuales y licencia de hostelería, además de varias cuestiones de seguridad en caso de emergencia. Ahora, tras otra inversión de 225.000 euros, el Consistorio cree que la función ya puede empezar. Aún debe incorporar los sistemas de sonido e iluminación pero, en caso de necesidad, «se podrían alquilar».

Ni por esas. El último mazazo a Gasteiz Antzokia ha llegado por otra vía. El Ayuntamiento le exige a la asociación Lazarraga la devolución de casi 113.000 euros por «exceso de financiación» al no ejecutarse el convenio. El colectivo afirma que ha destinado la subvención a cuestiones relacionadas con Gasteiz Antzokia, y culpa al Consistorio de que el equipamiento no estuviera listo para arrancar con la progrmación. Ahora asegura que «la asociación no puede pagar un dinero que no tiene», y, antes de firmar el nuevo convenio, pide una «solución al problema que el propio Ayuntamiento ha generado». Otro más.