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Unai Campo, ganadero del Valle de Ayala, es uno de los que está sufriendo la sequía. JESÚS ANDRADE
El ganado se come la alfalfa del invierno

El ganado se come la alfalfa del invierno

La sequía ha fulminado los pastos mientras algunos cultivos caen un 50% y se adelanta la recogida de la patata para salvar la cosecha

Miércoles, 21 de septiembre 2022, 00:40

La recurrente ausencia de lluvia de este verano ha empujado al campo alavés a una situación delicada que preocupa a los trabajadores del sector primario. «Estamos ante el peor año de una década y uno de los peores de los últimos tiempos», resume Javier Torre, presidente de la Unión Agroganadera de Álava (UAGA) a dos días del final del estío. Algunas cosechas han caído hasta un 50% y el ganado carece de su alimento habitual porque la sequía ha fulminado los pastos. Tanto es así que los ganaderos están echando mano ya de los recursos reservados para la época de frío.

«A estas alturas ya se están almacenando forrajes o alfalfa para alimentar a los animales, mucho antes que otros años. La hierba no ha salido y eso está teniendo consecuencias», relata Torre. Confirma sus palabras Unai Campo, propietario de vacas de carne en el Valle de Ayala y vicepresidente de la UAGA, que asegura que los ganaderos alaveses están viviendo ahora un invierno adelantado. Para su desgracia. «La alimentación del ganado para esa época se la están comiendo ahora; heno, paja, pienso...». ¿Qué ocurrirá entonces cuando llegue diciembre? «Ese será otro problema para nosotros. Al campo le va a costar mucho rebrotar después de estar tan seco», se resigna.

Los agricultores están sufriendo una temporada igual de mala. La cosecha de cereal, uno de los cultivos más afectados por el sofocante calor de algunas jornadas en el territorio, se ha visto mermada hasta un 40% respecto al año pasado. Más allá de las cifras, las altas temperaturas también tienen consecuencias en el producto ya que «el grano es más pequeño debido a la falta de agua», ilustra Javier Torre. En el caso del girasol, la cosecha es de hasta un 50% menos que en 2021.

Tampoco se libra la patata, que los agricultores han empezado ya a sacar adelantando así el ciclo habitual. En algunos campos de la Montaña Alavesa se comenzó a trabajar ayer mismo, al menos diez días antes que otras temporadas. «El crecimiento de la planta se bloquea cuando hace tanto calor, es un mecanismo para protegerse. Por eso están saliendo menos cantidad de patatas y más pequeñas», explica el presidente de la UAGA. En aproximadamente un mes habrá terminado la cosecha de este tubérculo, pero las estimaciones hablan de un 20% menos. La remolacha es más tardía y hasta mediados de octubre no se iniciará su extracción, la climatología de este mes será «crucial» para su crecimiento.

Más allá de la sequía, la subida de todas las materias primas y el encarecimiento de los fertilizantes -que cuestan hasta «cuatro veces más»- también afectan a los agricultores, que ganan menos. «Es la suma imperfecta», concluye Torre.

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