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Las cuentas ya no les salen. Los ganaderos alaveses que durante años han centrado su actividad en la producción de leche están sacrificando sus vacas para venderlas como carne y salir así adelante. Con esta drástica medida, que les reporta unos mil euros directos por ... unidad, buscan amortiguar la enorme subida de costes a los que deben hacer frente por mantener su negocio, tras el encarecimiento de la luz, el pienso -es la única alternativa, porque la sequía ha 'quemado' los pastos-, el agua o el combustible. Aseguran que en los últimos meses la tarifa llega incluso a «doblarse».
Y todo ello en un contexto en el que su mercado, el encargado de contener la economía de los ganaderos, avanza a un ritmo mucho más lento. «El precio al que se vende la leche -alrededor de 0,40 euros por litro- está estancado, sin apenas subidas. Para algunos producir leche les supone directamente pérdidas. Tendría que estar, mínimo, a medio euro el litro para cubrir costes». sostiene Unai Campo, vicepresidente de UAGA (Unión Agroganadera de Álava), quien conoce el conflicto de primera mano porque es también ganadero del sector. Y advierte: «La situación es crítica y el horizonte, negro».
45explotaciones ganaderas hay en el territorio alavés. En total, el sector cuenta con unas 4.000 vacas que a diario producen 140.000 litros que se venden en el mercado.
la compleja economía
Por poner cifras. En el territorio actualmente hay 45 explotaciones, con unas 4.000 vacas en total, centradas en el sector lácteo. Entre todas ellas producen unos 140.000 litros de leche cada día. Pues bien, ese escenario que describe se repite en todas y cada una de ellas. «No se salva nadie. Navidades se presenta clave, de no haber cambios...». ¿A qué se refiere? «Muchos no podrán estirar más el chicle, viven ya al mes. Si han llegado hasta aquí es por las subvenciones que se entregaron». Y cuando se termine esa 'hucha' «no les quedará otra que vender todo su ganado».
Echando la vista atrás, los números dan buena muestra del agujero al que hace referencia. «Si comparamos un mes de este año, con el mismo del anterior, la diferencia es de 4.000 euros en pérdidas». Todo ello, apunta, pese a que las ventas se habían mantenido. Por sus explotaciones salían prácticamente los mismos litros de leche. Este escenario, sin embargo, ya empieza a cambiar.
En realidad, lo que se ha producido es una aceleración de la propia cadena del sector que termina también en el matadero. Las ganaderías ordeñaban las vacas hasta que su producción era casi ínfima. Por describirlo de forma más gráfica: las exprimían hasta que dejaban de ser rentables.
Lo que pasa ahora es que el encarecimiento de la producción ha hecho que esa 'fecha de caducidad' se haya adelantado varios meses. De manera que ya no se apura tanto y se conducen al matadero en el momento en el que la curva cae por debajo de los beneficios que podría reportar.
Una decisión en la que influye, y mucho, que además ahora se pague más por cada vaca sacrificada. Si bien antes estas vacas, con más grasa y menos carne que las de vacuno, se pagaban a unos 400 o 600 euros la unidad, ese mercado se ha disparado hasta el millar de euros. De manera que se ha convertido en casi un salvavidas para los propios ganaderos con el que salvar el mes. Eso sí, esto ya empieza a mostrar sus consecuencias. «No es casualidad que cada vez veamos menos leche, porque cada vez habrá menos vacas encargadas de producir», apunta Campo.
forraje de invierno
imposible sin ayudas
Sobre terreno, los ganaderos relatan los malabares que deben hacer para cuadrar sus cuentas. «A últimos lo que buscas es sobrevivir. La luz ha subido muchísimo, el pienso ha pasado de costar 2,90 euros la tonelada a 4,40 y las alfalfas también han aumentado su precio», describe David Escuza, con su ganado en Llodio. Estos dos últimos ejemplos se deben a la alta demanda que se ha producido como consecuencia de la sequía, que ha imposibilitado a muchos conseguir alimento en los pastos del campo.
Su testimonio se une al de Javier Torre, de la UAGA. «Todo está seco y faltan pastos. Esto ahce que mucho forraje que habíamos reservadoapra el invierno, tengamos que sacarlo ahroa. Pero si no llueve, dentro de unos meses no nos va a quedar nada». Un cambio meteorológico que también ha incrementado la factura por el agua. «En algunas zonas en las que no nos cobraban, o muy poco, a raíz de las sequías ahora ya nos cobran», lamenta Escuza.
unai campo, uaga
david escuza, ganadero
Él por el momento apuesta por mantener la producción, pero con una incertidumbre «total». «Estamos al límite de traspasar la línea roja, de que trabajar en esto deje de ser rentable. Sacrificar las vacas es una manera de seguir, pero no mucho tiempo». Pan para hoy y hambre para mañana. «Hasta que no podamos aguantar más».
En algunos casos, estos intentos a la desesperada por no abandonar la actividad se deben a que «están sujetos a subvenciones que les obliga a tener que aguantar», argumentan desde la plataforma SOS Baserriak. Por ejemplo, algunos recurrieron a esas ayudas para comprar un tractor o mejorar las instalaciones, y a cambio deben mantener la actividad. Cuando ese 'contrato' concluya muchos bajarán la persiana. Y no habrá nadie que la vuelva a subir. «El relevo generacional no existe. nadie le ve futuro a este sector. No hay más que fijarse en la edad media, que rondará los cincuenta años».
Álava no es una excepción. La crisis en la producción de leche que denuncian los ganaderos -aumentan los costes, sin variar el precio de venta- se extiende a los territorios vecinos, como son Bizkaia y Gipuzkoa. Pero abriendo un poco más el mapa, la situación marca en rojo incluso otras autonomías, tal y como han denunciado los propios trabajadores en Cantabria y Castilla y León.
En este último caso, los ganaderos ya han anunciado que convocarán movilizaciones para presionar hacia un cambio. La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) retomará a partir de este viernes y hasta septiembre protestas en todas las provincias bajo el lema 'Costes disparados, colapso alimentario' para reivindicar un mayor apoyo institucional.
Unos días antes, quienes tomaron la palabra fueron sus compañeros de Cantabria. El mensaje fue dirigido en la misma línea, reclamando un «precio justo» de la leche que garantice la supervivencia del sector.
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