Cómo funciona el Consejo Regulador Rioja

En principio, el Consejo podría optar por repartir ese 8% entre el resto de asociaciones bodegueras. Mientras lo hace, los ocho votos computarían como abstención.

Es como se gestiona Rioja desde el año 2004, aunque no es habitual en el mundo del vino. De hecho, sólo la DOP Valdepeñas asumió este modelo, pero su interprofesional acabó siendo intervenida por abandono de la mesa del conjunto del sector productor. Básicamente, se basa en tantos litros o tantas hectáreas tienes, tanto vales.

En principio, son necesarios 150 votos de la mesa, de los 200, para aprobar cualquier asunto, aunque se cambiaron los estatutos para que las abstenciones no computen, con lo que puede haber casos con un cifra menor. Grupo Rioja (bodegas) es la organización mayoritaria con 78 votos de los 100 de la rama comercial, lo que, en la práctica, supone que tiene capacidad de veto. Es decir, ningún acuerdo puede salir adelante sin su visto bueno. ABC, la Asociación de Bodegas por la Calidad, tiene 9 votos, 8 las Bodegas Familiares, mientras que las pequeñas bodegas alavesas (ABRA) tienen 3 y el consorcio exportador alavés (Araex) tiene los otros 2. En la rama productora, ARAG-Asaja. el sindicato agrario mayoritario, tiene 34 votos y las cooperativas (riojanas, alavesas y navarras) tienen 41. Entre Grupo Rioja, Asaja y cooperativas suman holgadamente los 150 votos para decidir.

En función de los litros vendidos y su ponderación por categoría (genérico, crianza, reserva o gran reserva). Así funciona el sistema interprofesional. BFR reclamaba un cambio de estatutos para tener mayor capacidad de decisión y, pese a que el Consejo Regulador, aprobó el pasado 29 de junio un acuerdo unánime del resto de asociaciones para estudiar el asunto, consideran que no hay compromisos reales y que ya lo habían avisado, incluso en público, en 2021.

Aproximadamente, el 80% de todo el vino de Rioja lo venden entre 40 bodegas, mientras que el restante 20% lo comercializan las otras aproximadamente 360, entre las que se encuentran, las bodegas familiares.

BFR considera que las decisiones que se están tomando en el Consejo Regulador van en contra de su modelo de negocio. El problema, y no es nuevo, son los bajos precios de las botellas que pueden encontrarse en el mercado, amparadas incluso bajo las menciones de envejecimiento (crianza, reserva o gran reserva) que, en algunos casos, no cubren ni los costes de producción que para las bodegas pequeñas son mayores, sin contar además los cada vez mayores costes burocráticos, económicos y de trabajo.