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«Parece que hoy hemos salvado, ya veremos qué pasa en los próximos días porque el riesgo sigue». Este comentario es hoy generalizado entre buena parte de bodegueros de Rioja Alavesa tras una noche donde el mercurio en la comarca ha descendido de manera considerable ... respecto a días pasados y se han registrado temperaturas incluso por debajo de cero, con -1 grado en Labastida. Pero los daños al viñedo han sido «muy puntuales y escasos», coinciden los viticultores consultados.
Sin embargo, estaban avisados de ese peligro y han obrado en consecuencia, con medidas que no son habituales de ver como encender velas en los renques de las viñas o quemar fardos de paja como si el fuego sirviera para ahuyentar los malos espíritus. En este caso, para evitar que la helada hiciera destrozos en las cepas cuando comienza ya la brotación. Carlos Fernández, de Bodegas Tierra de Labastida, ha encendido 250 velas en una parcela de 12.000 metros de donde sale su vino 'top'. «Está claro que la inversión la tienes que hacer donde merece la pena, porque cada vela cuesta unos cinco euros (1.250 euros en total)», explica.
Con el fuego al encender estas velas de parafina «se crea una capa de aire caliente y humo» que impide que la helada afecte al viñedo. Pero este método, empleado habitualmente en Burdeos y Borgoña, sirve «si la caída de las temperaturas no es muy agresiva, como ha sucedido hoy con uno bajo o incluso dos». Si el termómetro se desploma aún más, «o se ponen muchas más velas o la situación se complica gravemente».
Y ese peligro puede volver a llegar, como hace cuatro años, en la madrugada de San Prudencio, el patrón de Álava que habitualmente lleva acompañado el apelativo de 'santo meón' pero que en 2017 la lluvia que trae consigo esa festividad se tornó en una «terrible helada», recuerdan en Rioja Alavesa, «que nos destrozó». Para la noche del 27 al 28 de abril «dan luna llena con lo que el riesgo se multiplica», explica Fernández.
Precisamente, tras aquella helada el decidió comprar esas velas «pero aún no las habíamos encendido». Hasta esta pasada madrugada, «en la que a las cinco ya estábamos todos en faena en la viña currando, controlando el termómetro...». Ese esfuerzo «de momento ha merecido la pena». Mientras Carlos Fernández encendía pequeñas hogueras, en otros puntos de Rioja Alavesa como Baños de Ebro han prendido fardos de paja para crear humo, una niebla cálida que sirve para luchar contra las bajas temperaturas.
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