X Marcha Contra el Cáncer en Álava

Los frentes del combate contra el cáncer

Reto del 70% de supervivencia. ·

Una paciente, un familiar y una trabajadora social comparten una lucha que exige «más investigación», para lo que recabará fondos la X Marcha Contra el Cáncer en Álava del domingo 13

Domingo, 6 de octubre 2024, 00:27

Diagnóstico, tratamiento, supervivencia. Asistencia, acompañamiento, duelo. En el combate contra el cáncer hay muchas caras. Como las de Patricia, Gorka y Victoria. Una paciente, un familiar y una trabajadora social que comparten en EL CORREO su lucha contra una enfermedad que es la primera causa ... de muerte en España, con 2.206 diagnósticos el año pasado en Álava. Algo que «se puede evitar mediante la prevención y la investigación», remarca Miren Bilbao, presidenta de Contra el Cáncer en Álava.

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La asociación, que atiende a casi 800 afectados en la provincia (30% más que en 2023) desde diferentes servicios, todos «gratuitos», saldrá a la calle el domingo 13 de octubre en la X edición de su Marcha, cuya recaudación se destinará de forma íntegra a proyectos de investigación. «Recomiendo a todas las personas acudir porque además de compartir un día entre amigos y familiares, estarán contribuyendo a un futuro con más vida». La agrupación, con 6.300 socios, persigue «alcanzar el 70% de supervivencia» y «llegar a más personas con más servicios. Estamos presentes en Vitoria, Amurrio y Llodio, y los próximos meses estaremos también en Agurain y Rioja Alavesa».

  1. Victoria García Trabajadora social de Contra el Cáncer en Álava

    «Los afectados nos dicen que les quitamos un peso»

Victoria García. jesús andrade

Con una trayectoria de 24 años como trabajadora social en la Asociación Contra el Cáncer en Álava, Victoria García conoce bien lo que supone la irrupción de esta enfermedad en una familia. A la sede situada en Zabalgana (en la plaza Porticada, 1), que la pasada primavera estrenó su ampliación, puede acudir «cualquier paciente, familiar o allegado» en distintas circunstancias; diagnóstico, recuperación, recaída, fase crónica, en el final de la vida o en un proceso de duelo. «En todas esas situaciones es cuando alguien se nos acerca», introduce. ¿Cómo se le ayuda desde la asociación? Se comienza con una entrevista individual para valorar su situación y ver cuáles pueden ser sus necesidades, y se le explican también los servicios que ofrece la asociación, que son «todos gratuitos», remarca. «Es importante saber que para ser atendido no hay que ser ni hacerse socio». En esa fase inicial «se quitan miedos, se aclaran muchas cosas». A las personas atendidas se les deriva al catálogo de recursos del que dispone la agrupación, como ejercicio físico oncológico, atención psicológica, atención social, escuela de pacientes y familiares… «Hay muchas cosas».

Si hay necesidades de tipo social , desde el abordaje o dudas sobre bajas laborales, discapacidades, servicio de ayuda a domicilio, etcétera, «también orientamos y asesoramos». La asociación, por ejemplo, tiene alojamientos gratuitos junto a los hospitales en la mayoría de ciudades españolas para pacientes y familiares que se tienen que desplazar. «Y si no, ayudamos a buscarlo». También hay convenios con hoteles. «Tenemos una vivienda en San Sebastián, a donde se desplazan muchísimos alaveses, y en Cruces hay convenios con alojamientos». El trabajo de esta profesional es complejo, pero «muy bonito». «Hay una implicación emocional importante. Tratamos de poner al servicio de las personas afectadas todos nuestros conocimientos, aderezados con toda la humanidad del mundo. Y reconforta mucho ver que ayudas a aliviar ese sufrimiento», reconoce García. «Mucha gente nos dice: 'Venía con un peso encima, y me voy ligero.

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De eso se trata. Ven que hay un sitio con personas cualificadas que van a estar a tu lado todo el proceso y a buscar soluciones». Al final, la enfermedad afecta a todo el hogar. «Se descoloca y cambia toda la vida familiar, social, económica, laboral. Aquí tratamos de poner luz y orden. Es un trabajo conjunto». García resalta la labor de los voluntarios de la asociación, «nuestra alma, la joya de la corona». «Nuestro reto es llegar a través de la investigación al 70% de supervivencia en enfermedad oncológica. Por eso es importante acudir a la Marcha, porque todo lo recaudado se destinará a la investigación».

  1. Gorka Conlledo Familiar

    «Se lo explicamos a los niños con un cuento»

Gorka Conllevo y Patricia García. Igor Aizpuru

'Mamá se va a la guerra'. Es el cuento infantil al que Gorka Conlledo y su mujer, Patricia García, recurrieron cuando llegó el momento de explicar a sus dos hijos que ella tenía cáncer. «Buscamos ese libro para contrasello, es un cuento infantil que aborda el tema. Eran muy pequeños para entender lo que supone esta enfermedad. Les decíamos que su madre estaba cansada, cosas así». Es solo una de las facetas de la compleja experiencia que le tocó afrontar a este eibarrés de 41 años que lleva ocho residiendo en Vitoria. «Por tu cabeza pasan cosas que asustan. Pasas muchísimo miedo, piensas que te quedas solo...». No es nada fácil estar al lado de un paciente. «Es duro porque la ves mal y sobre todo por la incertidumbre. Pero al final, en cierta forma, esto te une. Hemos pasado algo muy fuerte juntos y hemos salido muy reforzados», confiesa este ingeniero. «Nos vino muy bien hablar entre nosotros, llorar lo que tuvimos que llorar, compartir miedos».

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En la Asociacion Contra el Cáncer en Álava encontraron un apoyo muy importante. «Nos ayudó mucho, yo estoy súper agradecido. A mi mujer le vino muy bien, primero durante ese tiempo en el que estaba luchando para despejarse, estar con otros pacientes...». Gorka también expresa su gratitud hacia la empresa en la que trabaja, en Beasain, donde «me ayudaron muchísimo; me dejaban trabajar desde casa, me dieron flexibilidad horaria». Todo este proceso «te cambia. Aprendes a valorar mucho más otras cosas, a querer aprovechar el día a día con la familia. Te da otra visión».

  1. Patricia García Paciente

    «Es un tsunami. Todo se pone patas arriba»

Septiembre del 2021. Entonces arrancó la «odisea» de Patricia García. «Me encontré un bultito». Le invadieron sentimientos de «miedo, bloqueo. No sabes qué te espera», y llegó «el peor momento», el diagnóstico de cáncer de mama. Le esperaba un duro combate: una cirugía seguida de 16 sesiones de quimioterapia y radioterapia. Luego tratamiento hormonal con el que sigue hoy. Y revisiones cada 6 meses. A esta vecina de Vitoria de 43 años, madre de una hija de 11 y uno de 9, le cuesta contener las lágrimas al repasarlo todo. Especialmente cuando rememora cómo todo su mundo se puso «patas arriba». «Cómo se lo cuentas a los niños, a tus padres y suegros», relata.

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No fue menos complicado en lo laboral. Al ser autónoma, tuvo que dejar su profesión de podóloga temporalmente, y por tanto de tener ingresos. «Te ves sin trabajo y peleando económicamente». Todo con la «dificultad añadida» de tener a sus familias en otros municipios (ella es de Logroño y su marido guipuzcoano). La enfermedad irrumpió como «un tsunami. Te cambia todo». Entre esos momentos difíciles, la pérdida de cabello es de los más traumáticos. «Me miraba al espejo y no me conocía». Una tía que había pasado por otro tipo de cáncer le animó a acudir a Contra el Cáncer en Álava. Las sesiones con la psicóloga le ayudaron a desahogarse, «soltar» lo que llevaba dentro. Asistió también a talleres de nutrición, charlas y salidas de marcha nórdica. «Ves que no estás sola afrontando lo mismo», agradece.

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