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Lo de Olga Ibarraran, Igor Etayo y Ainara López de Lacalle con Gambia es un flechazo, amor a primera vista. Cuando viajaron por vez primera ... al pequeño y pobre país africano y disfrutaron de la luz de sus paisajes y la amabilidad de sus gentes, sintieron de inmediato un verdadero amor sin fronteras. Querían hacer algo para ayudar y crearon en el año 2019 una ONG tan modesta que está montada en el salón de una casa de Zigoitia, pero que ha logrado involucrar a más de un centenar de alaveses de buen corazón para conseguir fondos con los que ayudar con programas educativos y sanitarios. Incluso han logrado resolver la maraña burocrática de una nación que no tiene embajada de España para traer al Hospital de Cruces (Barakaldo) a operar a dos niñas con cardiopatías congénitas.
«Es un país sin recursos, con un turismo mínimo, pero tremendamente acogedor», relata Olga. Destino Gambia tiene una persona de referencia allí, Adulay, que se vuelca con ellos. «Es un hombre de 76 años que lleva toda su vida dedicada a echar una mano a su país», defiende. Dos veces al año viajan a Gambia con las maletas a rebosar de material sanitario e higiénico. Es lo que consiguen con el montón de actividades que organizan y en el que se implican los vecinos de Zigoitia y sus alrededores. «Los voluntarios nunca nos fallan», agradecen.
Entre ellos están algunas costureras de la zona que realizan bonitos delantales con las coloridas telas africanas para venderlos en mercadillos. El dinero que van consiguiendo lo entregan «íntegro» a las personas que trabajan en el destino africano con los más vulnerables.
Así colaboran con un 'nursery' que es como se denomina allí a una guardería. «El Gobierno de Gambia no se hace cargo de la educación de los niños de 2 a7 años y es una etapa importante de la vida, en la que necesitan jugar, socializar, estar en un entorno reglado». Profesoras nativas están al cargo de las escuelas Andalay y Bintnag que en parte se sostienen con la ayuda que llega desde el municipio de Zigoitia. «Intentamos interferir lo menos posible, nosotros sólo proporcionamos la herramienta económica».
En materia sanitaria, «las carencias son tremendas», alertan los voluntarios. No tienen cirujanos. La ONG procura buscar atención médica a los enfermos allí o en Senegal para que no se tengan que desplazar lejos. Pero con las niñas con problemas de corazón están intentando la intervención precoz y de ahí que hayan empezado a traerlas al País Vasco.
Además de querer darse a conocer (tienen página en Instagram), los voluntarios de Destino Gambia animan también a los alaveses a viajar y conocer un país que es «superseguro». «No hay conflictos bélicos y la gente es encantadora, enseguida te abre su casa», animan al curioso. Todo tipo de ayuda, recuerda Olga, viene bien.
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