Iñigo Zarate posa en el rincón vitoriano donde se ha inspirado el carte del festival. igor martín
Iñigo Zárate | Presidente del Festival de Jazz de Vitoria

«Mendizorroza podría remodelarse, pero hay que aclarar si para uso cultural o deportivo»

Cree que el problema de sonido del Iradier «no es una cuestión fácil de solucionar», pero que Vitoria necesita un escenario de este tamaño

Domingo, 3 de julio 2022, 01:55

Iñigo Zárate correteaba entre las sillas del pabellón de Mendizorroza mientras Miles Davis echizaba desde el escenario. Más tarde educó su gusto musical al ritmo de Oscar Peterson y Wynton Marsalis y a hora es él quien decide qué artistas recalan en el Festival de ... Jazz de Vitoria, patrocinado por EL CORREO. Su teléfono echa humo en los últimos días, todo está listo, pero todavía hay detalles que necesitan concretarse y gente a la que atender. La vuelta al pabellón de Mendizorroza tras dos veranos de pandemia le ilusiona mucho. «Es nuestra casa, es el entorno que dominamos y es donde nos sentimos más a gusto», subraya.

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- ¿Vitoria ha recuperado el ritmo tras la pandemia?

- Cada vez hay más actividades y hemos recuperado aforos. Pero aún existe un ambiente raro por un notable cambio de hábitos en el público y es que hay cosas que ya no son exactamente igual que antes de la pandemia. Hemos modificado nuestros horarios vitales, la forma de salir de la gente y de qué manera se consume el ocio y la cultura. Antes se vendían las entradas de los conciertos con muchísima antelación y ahora se espera, cada vez más, hasta el último minuto.

- ¿Estará emocionado por la vuelta a Mendizorroza?

- En el pabellón se han celebrado 42 de nuestras 45 ediciones. Es nuestra casa, es el entorno que dominamos y es donde nos sentimos más a gusto ahora mismo.

«Necesitamos estructuras flexibles y pensadas para escenarios modernos»El festival

necesidades de vitoria

- ¿La experiencia del Iradier, donde se organizó la pasada edición por culpa del covid, no fue satisfactoria?

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- Nuestro público es audiófilo. Presta mucha atención al detalle y a la calidad del sonido. Ciertamente, el Iradier no es el sitio que mejor ofrece esas prestaciones. ¡Ojo! También vimos un montón de cosas buenas: la facilidad para el montaje-desmontaje, el acceso para las sillas de ruedas... Es un sitio que cuenta con mucho potencial, pero tiene un importante problema de sonido. Si eso se arreglara, podría ser un sitio interesante.

- Entonces, ¿apoya su reforma?

- Sé que existen proyectos, pero los desconozco al detalle. Creo que en cualquier caso habría que tomárselo en serio porque no es una cuestión fácil de solucionar.

- Los expertos destacan sobre el Iradier que sería un equipamiento de tamaño medio, algo de lo que adolece Vitoria en estos momentos.

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- Eso es verdad. Necesitamos estructuras flexibles y pensadas para escenarios modernos, tanto en cuestión de conciertos como en artes escénicas.

«Traemos a los mejores, como Robert Glasper que tocó en los Oscars, pero la gente no los conoce»

el festival

- El arquitecto Roberto Ercilla proponía Mendizorroza como posible ubicación para un auditorio.

- Yo creo que el actual recinto tiene un tamaño y unas características muy buenas para la realización de conciertos. Se podría remodelar y así convertirse en un espacio interesante.

- Entiendo que usted plantea que no se esté continuamente combinando la faceta cultural con la deportiva.

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- Lo que pasa es que aquí hay que aclararse un poco. Saber si Mendizorroza es un recinto deportivo o cultural. Hay que decidirse y apostar claramente dónde va cada cosa. Lo mismo sucede con la plaza de toros.

- Para ensalzar la acústica de Mendizorroza, su predecesor, Iñaki Añúa, contaba que los componentes del grupo de gospel Take 6 dejaron sus micrófonos en el suelo, siguieron cantando y se les oía perfectamente.

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- Mendizorroza también tiene sus problemas, pero la inteligibilidad del sonido y la reverberación es increíblemente buena. Ese es uno de los mayores activos que tiene el pabellón.

Atraer turismo

- Eduardo Martínez Lobera, director de Ascentium y organizador del triatlón, sugiere que Álava «tendría que soñar con atraer un evento internacional al mes».

- Yo creo que sí. No sé cuál sería la periodicidad óptima para montar esa clase de eventos internacionales, pero estoy de acuerdo. Si tuviésemos playas paradisiacas, grandes montañas, la Sagrada Familia o elementos que por si solas atrajesen al turismo, pues no haría falta. Como no tenemos estos referentes tan espectaculares, pues nos toca trabajar para atraer turismo.

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«Ha pasado de ser un objeto cultural e intelectual a ser un mero producto de consumo»

la música

- ¿Qué momento vive el jazz?

- Pues hay muchísima gente joven haciendo discos de calidad, con ideas nuevas y muchísima fuerza. El jazz no está en ningún mal momento de creación, pero está pasando un bache por estar fuera de los circuitos de consumo. Nuestra música no es tendencia ahora mismo por la manera 'mainstream' que existe a la hora de consumir música y tampoco es lo que más se escucha en las radiofórmulas. Nos toca trabajar.

- ¿Cómo es su público?

- Será mejor cuantas más personas vengan de fuera, eso es una obviedad, pero la cultura tiene una doble función y es importante el aporte que les damos a los ciudadanos con unos conciertos de un nivel altísimo, del máximo rango. Si no se hiciese con la fórmula del festival sería imposible traerlos.

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- La pregunta del millón. ¿Echa en falta un mayor apoyo por parte de las instituciones?

- Sí, siempre. Claro que...

- ¿Y lo espera?

- Eso no está en mi mano. Ojalá. Somos una asociación sin ánimo de lucro y no obtenemos beneficios económicos. Todo lo que sacamos de recursos públicos, patrocinios privados o entradas se invierte en el festival. Todo se invierte en música. No hay beneficio por ningún lado. Si queremos seguir conservando un festival de este nivel y con esta oferta, el apoyo institucional obviamente es fundamental. Hace diez años teníamos bastante más presupuesto. Ahora tenemos dos tercios de lo que teníamos hace diez o doce años. Hace una década empezábamos un domingo y seguíamos hasta el sábado siguiente. Ahora estamos empezando un martes con un concierto de inauguración en el Principal, pero los conciertos de Mendizorroza se extienden de miércoles a domingo.

- ¿Añora la época en que Ella Fitzgerald cantaba sobre el escenario de Mendizorroza?

- Pero es que los que traemos son top en el jazz. Ella Fitzgerald y toda su generación están muertos. El problema es que, como en nuestro cartel no hay artistas 'mainstream', el público no conoce a las grandes estrellas que hay ahora mismo en el mundo del jazz. Este año viene Robert Glasper que ha tocado en la gala de los Oscars. ¿Qué más quieres? Insisto, traemos lo mejor que hay y otra cosa distinta es que la gente no les conozca.

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¿Falta educación musical en la sociedad?

- Seguro que sí. Yo no sé hasta qué punto la gente valora la calidad musical o tiene la paciencia suficiente para escuchar determinadas cosas. La música ha pasado de ser un objeto cultural e intelectual a ser un mero producto de consumo. La gente ya no la usa para su desarrollo personal o intelectual, sino que solamente es para disfrutar, para pasar el rato o para pasarlo bien, es ocio.

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