La Feria del Libro Antiguo arranca hoy con «más interés que nunca» de los coleccionistas

 «Han venido más de una vez y de dos. Son viejos conocidos por los clientes», contaba ayer Txema Sandoval, impulsor de esta cita y responsable de la vitoriana Sekhmet, mientras ordenaba su expositor en la céntrica plaza. La nueva incorporación es la librería Xabier, de San Sebastián.

 «Tenemos muy buenas perspectivas sobre todo porque la gente ha preguntado más que nunca si se iba a realizar y cuándo», afirma Sandoval acerca de los planes en una feria que ha rondado los 10.000 visitantes en años anteriores con un 30% de los clientes procedente de provincias cercanas (Gipuzkoa y Bizkaia) y comunidades vecinas (Navarra y La Rioja). Tras la suspensión del año pasado esta Feria del Libro Antiguo es el primer gran evento relacionado con las letras que toma las calles de la capital alavesa, ya que  se recupera tras la suspensión  por segundo año de la Feria del Libro y de una programación para el Día del Libro.

A pesar de que el sector de las librerías generalistas resistió mejor que otros negocios los efectos de la pandemia, en el caso de este tipo de ventas el golpe se ha notado mucho más. «Ha habido venta online, pero mucha gente no se fía de comprar por Internet y espera a que hagamos una feria para comprar libros. Hay cierta prevención porque al cliente le gusta ver y apreciar este tipo de libros que entran más por los ojos. Los títulos del siglo XVIII o XIX, o ejemplares únicos, se suelen ver antes de comprarlos», señala Sandoval.

 «El año pasado acudimos a dos ferias cuando lo habitual son ocho o nueve. Las que se han hecho en Valencia y Valladolid han ido muy bien», remarca acerca de otros eventos en ciudades con una gran tradicción librera. Otro rasgo de esta feria es que habrá una gran variedad: desde novelas más recientes de segunda mano a partir de 3 euros hasta tomos del siglo XV. Las medidas sanitarias han llevado a repensar esta edición en la que para minimizar los riesgos de contagio, además del respeto a la distancia de seguridad, los libreros pondrán a disposición de quien lo solicite guantes para manipular los ejemplares.