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Borja Mallo
Miércoles, 2 de abril 2025, 14:33
La familia de K. V., el joven fallecido de forma violenta el pasado 23 de febrero en el acceso a la discoteca Mítika de Vitoria ... tras haber recibido el golpe en la mandíbula de un empleado de seguridad, reclama «esclarecer los hechos que derivaron en el asesinato y depurar responsabilidades» ante la constatación de que el portero, ahora acusado de «asesinato con alevosía u homicidio doloso», arrastraba ya un historial de «episodios violentos».
Para tratar de arrojar luz sobre lo que sucedió antes y después de la muerte del joven -más aún después de saberse que no era la primera vez que se producía un incidente similar en dicha discoteca-, la familia ha enviado una carta «a la alcaldesa (Maider Etxebarria), al concejal de Seguridad (César Fernández de Landa) y a todos los grupos políticos del Ayuntamiento». EL CORREO ha tenido acceso al contenido de esa misiva, que firma el padre del fallecido. Solicita «información sobre inspecciones y actuaciones en relación con la seguridad» de este establecimiento con el objetivo de aclarar las «diversas dudas» que le surgen «sobre la supervisión municipal» del local «cuya responsabilidad recae sobre el Ayuntamiento».
En la carta recuerda que sobre el acusado «constaban múltiples denuncias por agresiones violentas a clientes sin motivo aparente». Y traslada al Consistorio su preocupación tras haber conocido que la Policía Local tramitó «al menos cuatro denuncias» y elaboró al respecto «tres atestados que fueron remitidos a la Fiscalía».
La familia expresa su inquietud tras haber conocido, en información adelantada por este periódico, que la agente que instruyó la primera de las denuncias «detectó indicios claros de la peligrosidad del agresor» y que «trasladó esta preocupación a tres escalafones superiores dentro de la Policía Local» sin que se tomasen medidas. Antecedentes que llevan a la familia a poner en duda «la supervisión municipal de la seguridad del establecimiento».
Con el objetivo de «esclarecer los hechos, depurar responsabilidades y tratar de que un episodio similar no se repita en el futuro», en su carta la familia plantea una decena de preguntas al Ayuntamiento. Requiere una respuesta, por ejemplo, a si se tomó «alguna medida preventiva o correctiva ante la situación de riesgo detectada» y, en caso de no haber procedido a tomarlas tras los episodios anteriormente detectados, «qué razones llevaron a los responsables policiales a no actuar ante las advertencias de la instructora».
De la misma manera, requiere que se especifique si después del suceso se ha impulsado «alguna acción para identificar posibles fallos en la cadena de supervisión y actuación de la Policía Local» o si se ha abierto alguna «investigación interna» para aclarar «la falta de respuesta de los oficiales implicados».
También reclama conocer si desde el Ayuntamiento de Vitoria se llevó a cabo «alguna inspección en la discoteca Mítika o en la empresa de seguridad» tras tener conocimiento de las agresiones previas. Y solicita información acerca de si se han «tomado medidas» tanto con el local de ocio como con la empresa responsable del control de accesos, así como si está previsto «el cierre cautelar del establecimiento» u otras medidas «que garanticen la seguridad de la ciudadanía» mientras se clarifican los hechos judicialmente.
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