Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En torno a 2.500 temporeros llegan cada año a la vendimia en Rioja Alavesa. En esta ocasión serán menos. Se desconoce aún el número de braceros que faltarán en el momento más importante de la campaña, «pero nos tememos que no haya mano de ... obra para todos», advierte César Bermúdez. Este viticultor de Elvillar es también uno de los responsables de temporerismo de la UAGA y ya pudo comprobar sobre el terreno en la época de la poda en verde que «nos faltaron 60 trabajadores en comparación con años anteriores». Llegaron 235 y otros años se superan los 300.
Y aquellas labores de espergura y desniete en el viñedo «fueron complicadas», recuerda, porque el ciclo vegetativo de la vid «no se puede parar y hay que hacer las labores cuando toca. Pero si no hay mano de obra suficiente, todo se dificulta». Esa amenaza, se teme Bermúdez, puede trasladarse a la vendimia. «Cada vez hay menos gente que quiera trabajar en el campo, buscan sectores menos esforzados. Muchos temporeros se hacen mayores y no hay relevo», añade.
Aunque las condiciones que ofrecen en la UAGA a estos trabajadores contratados en origen son «buenas», señala, existe otro factor que «juega en nuestra contra». Las cosechas de uva no solo en Rioja Alavesa sino en el conjunto de la Denominación de Origen «se concentran en un periodo de tiempo cada vez más corto. Antes eran más escalonadas y había mano de obra para toda la comarca. La misma cuadrilla de temporeros que venía de Jaén o Murcia, por ejemplo, empezaba a vendimiar por Oion y más de un mes después acababa en Labastida». Y era más rentable para ellos estar varias semanas.
Ahora ya no sucede eso, «porque los trabajos se acumulan en las mismas fechas, en muchos de nuestros pueblos y también en Rioja. Si la uva ha alcanzado su grado óptimo de maduración, no puedes esperar uno o dos días a cogerla», relata Bermúdez. Así que los viticultores volverán a buscar alternativas para minimizar la falta de mano de obra y se cederán entre ellos temporeros para cubrir bajas.
«Al menos este año apenas habrá restricciones derivadas de la pandemia», apunta el integrante de la UAGA, y de momento en los encuentros entre instituciones para abordar protocolos de vendimia no se ha hablado de PCR ni mascarillas. Los tapabocas sí son obligatorios en el transporte de pasajeros pero, si los braceros residen en una misma vivienda, «se les considera una unidad familiar» y en el vehículo que se desplacen no tendrán necesidad de llevar protección bucal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.