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La ola de calor que azota estos días Llodio, donde se han registrado máximas que superan los 40°, puede estar en el origen de la muerte a 42 kilos de peces en el río Nervión a la altura de Goikoplaza. Según el recuento ... realizado por los encargados de la vigilancia del río, se trataba de 12 loinas y 45 barbos que se sacaron del río. «No hemos encontrado ningún indicio de vertidos fuera de lo que es el saneamiento habitual en Llodio», explicó ayer un responsable de la Agencia Vasca del Agua, URA, cuyo personal se trasladó hasta la zona para tomar muestras. Las mismas fuentes señalaron que «la temperatura del agua era de 24,5 grados, y esa es posiblemente la causa de la muerte». El calor combinado con el bajo caudal del río hace que no se remueva el agua, tenga poco oxígeno y los peces mueran por asfixia.
Los peces fueron retirados por personal de la Diputación foral de Álava y dos de ellos quedaron precintados para ser analizados, aunque los expertos no esperan encontrar indicios distintos de los ya aparecidos respecto a la falta de caudal y de oxígeno del río en esta época. El Ayuntamiento de Llodio se llevó los peces que no iban a ser analizados para retirarlos del cauce.
Curiosamente, todos los peces muertos se localizaron una zona muy pequeña situada justo debajo del puente de la autovía a la altura de Goikoplaza, cuando lo habitual en estos casos es que se dispersen en una zona más amplia. Sin embargo, dadas las condiciones meteorológicas, no se descarta que se reproduzcan episodios similares.
No es esta la primera ocasión que Llodio registra un episodio similar. Hace dos años, en julio de 2017, se detectó una gran mortandad en el tramo comprendido entre la calle Zubiko Kurajo y el barrio de Areta. También en aquella ocasión, los motivos fueron el descenso del caudal, el calor y la reducción de oxígeno en el agua. Algo parecido ocurrió en el verano de 2014 prácticamente en las mismas fechas, cuando cientos de peces muertos aparecieron flotando en el cauce en el tramo comprendido entre las calles José Matía y el barrio de Areta por la misma razón. Este es el tramo en el que se produce una mayor concentración de población.
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JOSé MONTES
El verano hace que el caudal del Nervión se reduzca drásticamente. El calor y el estancamiento del agua en algunas zonas provoca estos episodios a los que hay que sumar el alto índice de contaminación del río por la falta de depuración, ya que la red de saneamiento vierte directamente al cauce. La puesta en funcionamiento de las depuradoras de Markijana y Basaurbe, que no llegará antes de 2023, podría ser una solución a este problema porque al menos el agua llegará limpia al río, aunque no evitará que el caudal descienda durante el verano.
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