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H. Rodríguez
Domingo, 3 de diciembre 2023, 01:09
La tasa de paro en Álava es la segunda más baja de Euskadi –solo superada por Gipuzkoa– pero a la vez faltan una ingente cantidad de trabajadores. Cabría pensar que la solución es tan sencilla como que las empresas fichen a ese montante de desempleados ... pero no es tan sencillo.
«Desde hace algún tiempo se produce un desfase que ha ido a más. Lo que ocurre es que se da la circunstancia de que los perfiles de la gente que está en el paro no son los que demanda el mercado», explica Berta Goiriena. De ahí la importancia de la elección de los estudios entre los jóvenes, algo en lo que indicen especialmente desde SEA-Empresarios Alaveses. «Es necesario disponer de una orientación académico-profesional más temprana y más efectiva que pueda complementar el perfil vocacional, informando a los jóvenes de manera más eficaz sobre los estudios disponibles, sus salidas profesionales y empleabilidad. Es algo cada vez más necesario», solicitan desde la patronal que también avisa sobre la necesidad de romper el estigma sobre la Formación Profesional.
En cuanto a quienes optan por estudios superiores, el Observatorio del Empleo en Álava recuerda que «más del 70% de los contratos universitarios proceden de ramas de estudios STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)». Los ingenieros son, precisamente, uno de los grupos profesionales más demandados por la firmas vascas. Decir que se los rifan es quedarse cortos y eso que tradicionalmente Euskadi ha presumido de ser tierra de ingenieros.
La tendencia no es nueva. En 2022, desde Confebask ya alertaban del problema. Todos los sectores implicados insisten en que las causas nada tienen que ver con el salario y señalan hacia el desajuste en los estudios, especialmente en las nuevas tecnologías como principal motivo. Así que encontrar, por ejemplo, ingenieros informáticos, analistas de datos o programadores se ha ido convirtiendo en una yinkana para las empresas.
Si hace poco más de un año la patronal vasca admitía que fichar a uno «era una locura» y que las firmas «se los robaban o entre ellas», ahora el panorama es igual o peor. El responsable de personal de una tecnológica ubicada en el parque de Miñano, que evita dar su nombre «por razones de competencia», habla de que el mercado de fichajes «se ha transformado en un zoco».
«Están contigo un año y luego se van porque en la competencia le ofrecen alguna mejora mínima y no estamos hablando solo de dinero», reconoce. El teletrabajo o los beneficios sociales son ahora la moneda de cambio que hace que la balanza se incline hacia un entorno laboral o hacia otro. Desde otra planta del polígono, un directivo apunta hacia un factor que no se daba hasta el momento: «Ahora saben muy bien lo que quieren y si no lo consiguen, tampoco les importa irse a otro sitio, sea o no aquello para lo que estudiaron».
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