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El sector industrial no sale de una crisis para caer de lleno en otra. Primero fue la pandemia, luego la guerra de Ucrania y ahora son los ataques de los hutíes a los barcos de mercancías que navegan por aguas del mar Rojo los que ... amenazan con dejar sin materias primas a muchas empresas. Entre ellas, está Michelin cuyos responsables se han visto obligados a anunciar la suspensión de varios turnos de trabajo por la falta de caucho natural. No es un material cualquiera, es el principal componente con el que se fabrican los neumáticos que salen por miles de las cuatro plantas que la marca francesa posee en España: Vitoria, Lasarte, Valladolid y Aranda de Duero (Burgos). En las instalaciones de la capital alavesa, según han confirmado fuentes de la empresa a EL CORREO, «se desactivarán varias actividades dos días, antes del 15 de enero».
«La medida permite regular la producción como se hace en cualquier situación que así lo requiera», han argumentado las mismas fuentes, que han apuntado a que mañana viernes se darán los detalles al comité de empresa, que ha sido convocado este mismo jueves. «Nos han citado y no sabemos qué se va a tratar, más allá de que el asunto de la convocatoria es 'producciones' que es el que la empresa usa normalmente para hablar de desactivaciones», desvela Iñigo López, representante de UGT.
El hecho de que «ayer ya informaran a los (empleados) de Valladolid de varias desactivaciones por el mismo motivo» hace presagiar que en Vitoria pasará lo mismo. «Allí afecta a 4 turnos de la línea de fabricación de goma, donde se hace la mezcla, y a cinco de 'turismo'. Aquí veremos a qué salpica, pero podría ser también a 'ingeniería», apunta López.
Los ataques a los barcos que cruzan el mar Rojo por parte de los rebeldes hutíes se han recrudecido y sistematizado desde que Israel comenzó a atacar la franja de Gaza. La situación ha obligado a las empresas de transporte marítimo a usar rutas alternativas, mucho más largas para llegar a Europa, lo conlleva importantes retrasos en las entregas. En el caso del caucho natural, la mayor parte de las provisiones de este material se importa desde Asia.
El anuncio de los nuevas desactivación, si bien se circunscribe de momento a dos únicos días, se suma a la serie de medidas de ajuste aplicadas por la multinacional en las últimas semana debido, principalmente a la caída de la demanda. A mediados de este mes, la dirección comunicó al comité la necesidad de desactivar varios turnos de producción el 30 de diciembre. Según fuentes sindicales, las líneas de ingeniería civil y semiterminados de goma pararán ese día «para ajustarse a las necesidades de los clientes». La demanda, en definitiva, continúa a la baja respecto a la previsión inicial planteada para este 2023 y las perspectivas tampoco son muy halagüeñas para 2024. El impacto en la plantilla de este recorte difiere según quién lo cifra. Mientras la empresa y CC OO sostienen que serán 539 los empleados que dejen de trabajar el día 30, el cálculo de UGT es de 893 trabajadores.
Este recorte se sumaba al puñado de ajustes que se han hecho a lo largo de otoño. Los últimos comunicados hasta ahora eran los correspondientes a las líneas de aros, dentro de refuerzos metálicos, que no trabajarán del 23 hasta, precisamente, el 30 de diciembre. Esa línea dejará de producir estas Navidades unos 500.000 aros y unas 500 toneladas de cable metálico. Para el año que viene, todas las líneas marchan con previsiones a la baja en materia productiva. A a la caída experimentada en los neumáticos de turismo -que pasan de 8,8 millones de cubiertas a 8 millones- se suma todas las demás líneas a excepción de la de aros. Ingeniería civil, por ejemplo, pasa de una expectativa de 75.423 toneladas en 2023 a 64.926 para 2024.
A todo ello hay que unir el plan de Michelin para dar salida a 150 trabajadores que, a finales de noviembre, puso patas arriba el ambiente laboral en las instalaciones vitorianas. La medida recibió el apoyo de CC OO, UGT y CSIF, pero se topó con la oposicón frontal de ELA, ESK y LAB que acusaron a los responsables de la firma de actuar por «venganza» tras la salida de la planta del comité intercentros. Una tormenta que tuvo su reflejo en el plano político cuando la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, no ahorró críticas a la trayectoria de los últimos años de una compañía que, apuntó, «se ha dirigido desde la distancia», en relación a su sede francesa en Clermont Ferrand. Así, se refirió también al hecho de que los últimos responsables en Vitoria no habían «entendido dónde estaban», puso énfasis en apuntar que la multinacional «no ha hecho inversiones en I+D» en esa factoría y, como guinda, señaló que «ha habido un director al que ni siquiera he conocido». El próximo día 9 de enero la dirección de la multinacional gala se reunirá con el lehendakari Iñigo Urkullu, en un encuentro al que previsiblmente acudirá Tapia.
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